Siempre viví en el barrio de Boedo. Uno se aquerencia con el lugar y se hace difícil irse a otro lado. Es como parte vital de uno mismo. Aquí nací yo y mis siete hermanos, incluso mis hijos. Soy sanlorencista de alma y fui hincha antes que jugador”, así evidenciaba García su amor por el club en donde jugó toda su carrera profesional.

Y no conforme con eso, fue por más y llegó a entrar en la historia grande del club: actualmente, es el segundo máximo goleador de la historia del Ciclón, por detrás del gran José Sanfilippo. Números bestiales, 169 en 314 encuentros (un promedio de un gol cada dos partidos), dan cuenta de un delantero de raza letal, que fue distinguido en 1933 como goleador de la Primera División de Argentina.

Además, tuvo el lujo de ser entrenador de San Lorenzo junto a Pedro Omar y formar un gran equipo, comandado por El terceto de Oro: René Pontoni, Rinaldo Fioramonte Martino y Armando Farro, que se consagraría campeón del fútbol argentino en 1946.

En total, jugó de 1925 a 1940 y consiguió cinco títulos en el club de Boedo. Cuatro de ellos como jugador (tres campeonatos y la Copa Aldao de 1927) y el restante como Director Técnico –recién mencionado-. ¿Cómo recordaba esta última experiencia? “Como técnico tuve muy lindas satisfacciones. Entre ellas la de la temporada de 1946. Ese plantel era una maravilla, en el que jugaban verdaderos superdotados”.