El 2018 terminó siendo uno de los años más gloriosos de la historia de River y empezaba con varios tropiezos, sobre todo de visitante y en el certamen doméstico. El barco se enderezó tras ganarle la Supercopa Argentina a Boca aquel 14 de marzo, iniciando un invicto histórico. Este 2019, que transita un verano especial y eufórico por lo vivido en Madrid en el título de la Copa Libertadores (y ante el máximo rival) empezó con el pie izquierdo, pero dejando una imagen peor a la que se esperaba: el campeón de América sumó 0 puntos de 9 en juego en los encuentros pendientes que debía por la Superliga, tres derrotas seguidas en el Monumental en solo una semana. Defensa y Justicia, Unión y Patronato se aprovecharon de este momento de transición y dudas.

Si bien todas las energías en el semestre anterior estuvieron puestas en el trofeo continental que ahora reposa en el Museo River, la Superliga podía haber sido un objetivo para 2019, ya que el Millonario arrancaba el año con cuatro duelos pendientes del año pasado (es decir, 12 puntos potenciales) y podía acercarse al puntero Racing Club, que será rival en las siguientes jornadas. No obstante, en la tabla de posiciones, la Academia lidera cómodo con 39 unidades, mientras que La Banda lo mira muy de abajo, con apenas 19 puntos, los mismos que tenía en 2018. Aún debe dos fechas para ponerse al día (Godoy Cruz, con quien jugará esta semana, y Rosario Central, en febrero), no obstante, la sensación es que esta segunda mitad de campeonato será de ensayo y  error, donde estos malos resultados se puedan presentar con más frecuencia.

Hay que tener en cuenta varios atenuantes: River terminó 2018 muy cargado en lo emocional y lo físico (disputó 48 partidos oficiales) y finalizó la competencia en Emiratos Árabes a fines de diciembre. Las vacaciones fueron cortas, la pretemporada mal programada (empezó en Punta del Este y siguió en Ezeiza, por mal estado de las canchas en Uruguay), solo hubo un amistoso de prueba (ante Nacional), se fueron Gonzalo Martínez, Rodrigo Mora y Jonatan Maidana (tres pilares) y a mediados de este mes, ya arrancó la competencia por los puntos. En cuanto a refuerzos, recién ayer debutó el central Robert Rojas y esta semana se sumó Matías Suárez, tras una larga negociación con Belgrano. Aparte de todo esto, hay que añadir la lesión de Ignacio Scocco.

El Muñeco puso a su mejor equipo en los dos primeros partidos, ante Defensa y Unión. En el primero se vio una mejor cara, generando chances de gol. En el segundo, el rival fue más inteligente. Y ayer contra Patronato, el DT decidió preservar a su artillería más pesada entendiendo que el calendario será muy apretado en los próximos meses. Decidió darle rodaje a los suplentes y los juveniles que empiezan a tener minutos.

Con Girotti, ya son 29 los juveniles que debutaron en la era Gallardo.

Enfrentaba a un rival que marchaba último en la Superliga y cuya valla era la más vencida, y que además está en zona de descenso. Sin embargo, el equipo entrerriano jugó con soltura, aprovechó los espacios regalados por la última línea y los groseros errores (como el de Bruno Zuculini en el primer gol visitante) para sacar ventaja de hasta tres goles en el inicio del segundo tiempo. Jorge Moreira, afectado por tanta inactividad, dejó de ser un lateral confiable, Camilo Mayada (que jugó de 3) perdió más de lo que ganó tanto en marca como en proyección, Nicolás De La Cruz sigue sin aportar soluciones (sumado a su falta de confianza por el murmullo de la gente) y en cuanto a los juveniles, el más expuesto es Kevin Sibille, quien está empezando a jugar de titular pero se lo nota con bastantes imprecisiones, cometiendo varias faltas (quizá le hace falta un compañero de zaga de la talla de Javier Pinola), mientras que Lucas Beltrán solo pudo mostrar algunos chispazos y el debutante Federico Girotti no pudo gravitar (al igual que Alan Picazzo, que entró en el ST). El único aprobado fue Cristian Ferreira, autor del golazo de descuento. El volante ya lleva dos goles en la Superliga.

A diferencia de años anteriores, ahora los chicos que aparecen tienen escasa experiencia profesional y los suplentes no logran adaptarlos para formar otro once competitivo (como el de 2015, que competía en dos frentes). La competencia ya empezó y Gallardo dispone de este plantel, cortó y con pocas variantes. Mientras sigue probando, River sigue sin rumbo en el torneo local, hasta que llegue ese triunfo bisagra para despegar.