Después de la partida de Javier García, un sinfín de arqueros pasaron por Victoria sin pena ni gloria. Desde goleros de renombre como Adrián Gabbarini Julio Chiarini, pasando por Nelson IbáñezAugusto Batalla Federico Crivelli. Por diversas razones, ninguno ha podido consolidarse en la frágil valla del​​​​ Matador, que no por nada es el equipo más goleado de esta Superliga, con 38 goles encajados (aunque lo contrarresta con un gran poder de gol).

Uno de los refuerzos de comienzo de temporada fue Gonzalo Marinelli, oriundo de River, con pasos por Colón y Huracán, pero que sólo había atajado ocho partidos oficiales en toda su carrera. Con poco rodaje, empezó la Superliga como titular en las dos primeras fechas (San Lorenzo y Colón), sin lucirse, hasta que Batalla le ganó la pulseada. Marinelli regresó al arco cuando Batalla fue expulsado ante Argentinos Juniors (luego se marcó del club) y atajó hasta final de año, con algunos cuestionamientos, como su error en la derrota contra Defensa y Justicia. 

Este 2019, llegó para el arco el uruguayo Gastón Guruceaga, de buen paso por Peñarol pero con una cierta inactividad. El charrúa atajó contra San Martín de Tuucmán y Gimnasia en la reanudación de la Superliga, sin convencer, por lo que Marinelli retornó a la valla matadora, la cual defiende de forma ininterrumpida desde la jornada 18 del torneo, y seguirá hasta fin de campeonato.

Pipo Gorosito acomodó la defensa y ratificó a Marinelli en el puesto, confiando en su potencial. Le respondió al DT en los tres triunfos iniciales, manteniendo su arco en cero contra Rosario Central y sólido en el triunfazo ante Vélez Sarsfield en Liniers, siendo figura en el primer tiempo con cuatro tapadas sensacionales. Además, en la fecha pasada contra Unión, si bien recibió dos goles en menos de 15 minutos (pudo haber hecho algo más en el de Gómez Andrade), también fue protagonista. Primero, evitó lo que era el 0-3 en la primera etapa, lo que hubiera hecho muy cuesta arriba la remontada, y en tiempo de descuento, con el pleito 2-2, Marinelli se lució con una triple atajada: tres veces quedó expuesto mano a mano, ahogándole el grito a Fragapane, Pittón y Ríos. Tigre no perdió gracias a él.

Las estadísticas no favorecen a este guardameta: en 11 partidos atajados, solo cuenta con una valla invicta (la mencionada ante el Canalla) y en 19 ocasiones fue a buscar la pelota adentro del arco. Sin embargo, el buen nivel en los últimos partidos le dan la confianza necesaria para hacerse cargo en un momento tan delicado.