El José Dellagovianna se empezaba a llenar faltando minutos para el comienzo del partido a las 18:10. El ambiente, ya como de costumbre en estos últimos partidos, era sensacional. La gente cantaba sin cesar por su equipo, esperando un buen resultado que los ayudara con los promedios.

El partido recién comenzaba cuando Defensa y Unión, partido que se jugaba en paralelo, o por lo menos esa era la idea, ya disputaban el quinto minuto de juego.

Durante los 20 primeros minutos se vio un buen partido de fútbol, de ida y vuelta, aunque con un leve protagonismo de Racing que buscaba quebrar el cero, pero que, al mismo tiempo, sufría los contragolpes del Matador comandados generalmente por la “Ardilla” Montillo. La más clara la tuvo Darío Cvitanich, pero el palo le negó el grito.

Luego el partido se planchó. Ningún equipo generaba situaciones claras de gol y se veía un partido muy físico, disputado en la mitad de cancha.

Final del primer tiempo. La gente aplaudía y se sentaba tanto en las populares como en las plateas. Los equipos se iban caminando al vestuario.

En el segundo tiempo el panorama modificó completamente, Tigre buscaba incansablemente el primer gol de la noche y durante los primeros diez minutos vulneró a la Academia. Era el mejor momento del conjunto local y en una distracción y posterior error grosero de Gonzalo Marinelli, la visita en los pies de Augusto Solari encontraba la apertura del marcador. La decepción e impotencia invadió por unos segundos a la gente que había asistido a la cancha.

El Matador volvía a encontrarse en la misma situación que antes de comenzado el partido: a tres puntos de Patronato e iguales en partidos disputados. Se oscurecía el panorama. Lo bueno era que restaba casi todo el segundo tiempo.

Lógicamente después del golpe al equipo se lo vio un poco golpeado, como a esos boxeadores que les entra una mano y tambalean al punto del knock out, y Racing llegaba con peligrosidad en busca del segundo tanto que casi llega en un genial globo de Licha López que terminó con la pelota estrellándose en el travesaño para calma de todos los hinchas locales.

Luego de intentarlo e intentarlo, se cumplían los 90 minutos y Gorosito ya había mandado toda la carne en el asador, Diego Morales, Carlos Luna y Diego Vera ya estaban en el terreno de juego y aguardaban los pelotazos de los centrales, para ver que podían conseguir en la segunda pelota.

Mientras tanto, el banco de suplentes de Racing cantaba: “dale campeón, dale campeón”. Toda una paradoja. Un equipo a punto de coronarse campeón y el otro buscando como sea un gol que le dé un poco de aire, para evitar el descenso.

Faltando un solo minuto, le dan a Tigre un tiro libre al borde del área grande (aunque parecía penal) por un claro empujón. Lucas Rodríguez acomodaba la pelota, daba unos pasos para atrás y pegándole seco al palo del arquero, tapado por sus propios compañeros, encontraba el empate parcial y el estadio rugía de emoción. A falta de segundos el local rescataba un punto ante el inminente campeón.

Igualmente, tras el gol no hubo tiempo para mucho más. Tigre y Racing igualaron en uno y los tres descensos restantes se definirán en la última jornada cuando Patronato reciba a Argentinos Juniors, Belgrano a Godoy Cruz, San Martín de San Juan a Talleres y Tigre visite al River de Gallardo en Nuñez.

¿Podrá lograr la permanencia el conjunto de Gorosito?