Era una tarde soleada en el barrio de Núñez. No faltaba mucho para el comienzo del partido entre River y Tigre. En la previa, uno de los más importantes de la historia reciente del Matador y paradójicamente, uno de los menos importantes para el Millonario. Sin embargo, nunca es fácil visitar al campeón de América en el Monumental, ni aunque guarde mayoría de titulares.

Tigre necesitaba ganar y al menos, que Patronato no consiga la victoria para disputar el desempate y no irse directamente a la B Nacional. Y aunque la relevancia era menor, también importaba lo que sucedía en San Juan, ya que si se daban estos resultados y San Martín ganaba, había triple desempate.

Se jugaban los primeros minutos del partido. Era de ida y vuelta. Muchas situaciones de gol, pero poco orden. Llegando a los 20 minutos del primer tiempo, primer baldazo de agua fría: gol de River y a continuación gol de Patronato.

Pasara lo que pasara, Tigre tenía que pensar primero en su partido, que lo estaba perdiendo ante el “equipo B” que había propuesto Gallardo.

Diez minutos más tarde llegaron más emociones: Gol de Tigre, Lucas Janson de cabeza marcaba el 1-1. Pero al mismo tiempo en Paraná, otro gol de Carabajal, ganaba 2-0 el Patrón.

Fin del primer tiempo en el Monumental. Tigre empataba 1-1 y Patronato, que había sufrido el descuento de Argentinos justo antes de que finalice la primera parte, ganaba 2-1.

Ya con el segundo tiempo en marcha, Pipo Gorosito, como de costumbre en los últimos partidos, mandaba toda la carne al asador: Diego Morales, Juan Cavallaro y el uruguayo Hugo Silveira a la cancha. El Matador quedaba con línea de tres y solo un cinco de recuperación: Menossi.

A los 81 minutos llegaba el tercer gol de la tarde. Enganche y a cobrar, Cachete Morales lo hacía. Crecía la esperanza. Los fanáticos le empezaban a rezar a Argentinos para que consiga el empate y les dé la oportunidad de desempate.

Mientras todos miraban que sucedía en el otro partido, River empataba tras otro error infantil de Marinelli. Igualmente, tres minutos más tarde, otro gol de Tigre, casi inmediatamente, llegaba, de Juani Cavallaro. Ganaba 3-2 en tiempo de descuento. En Paraná el marcador no se movía.

Lamentablemente nunca llegó ese tan ansiado otro gol del Bicho. Patronato ganó con lo justo y el Matador era sentenciado a la B Nacional tras 12 años. Los jugadores estaban realmente tristes, con dolor e impotencia por la gran temporada que hicieron. Pero así es el fútbol, a veces se gana y a veces se pierde. Hoy tocó perder.

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