El domingo tuvo una definición para el infarto en la lucha de la que nadie quiere ser parte: la del descenso. Patronato, Tigre, Belgrano y San Martín de San Juan jugaron en simultáneo, y solo hubo final feliz en Paraná. En Victoria, Córdoba y San Juan hubo lágrimas de impotencia que causa perder la categoría. Pero en zona norte fue mucho más duro el golpe, porque a diferencia de los rivales directos, que ya la veían venir, en Victoria se respiraba optimismo. El milagro era posible. Sin embargo, no fue.

El promedio de descenso se explica en la campaña de años anteriores. Desde Camoranesi a Néstor Gorosito pasaron cinco entrenadores que pasaron sin pena ni gloria, ciclos cortos, efímeros y escasos de puntos. Más temprano que tarde iba a parecer nuevamente la preocupación por los números rojos, más en un campeonato que, para volver a ser de 20 equipos, establece cuatro descensos por temporada. Pipo volvió cuando ya era demasiado tarde, pero hizo todo lo posible junto con el plantel para defender 12 años en la máxima categoría. 

Tigre fue el equipo que más sumó en las últimas 7 fechas del torneo.

Si hablamos de la actual Superliga, el desenlace fue más que injusto: Tigre terminó en 9° lugar, con 36 puntos, en zona de Copa Sudamericana 2020, habiendo cosechado 17 de los últimos 21 puntos, triunfando de visitante contra Rosario Central en Arroyito, Vélez en Liniers, Talleres en el Kempes de Córdoba y River (con suplentes, pero River al fin) en el Monumental. Incluso, el Matador le ganó al propio Patronato en este interín exitoso, en el Coliseo. Solo dejó puntos ante Unión (remontando un 0-2) y Racing (el campeón, al que le empató 1-1). No obstante, no podrá jugar el certamen continental debido a que jugará la B Nacional. Algo similar le pasó a Talleres en 2004 y a River en 2011: buenas campañas en la temporada final para disputar Copas, pero que no pudieron disputar por afrontar situaciones de descenso, por malos años anteriores. El sistema de promedios, algo para revertir en las oficinas de Viamonte, castigando al que termina haciendo bien las cosas.

Una paradoja del destino: el triunfo en el Monumental, que cortó una racha de nueve años sin ganarle a River, no fue suficiente. Se dependía de Argentinos Juniors, de otro gol más del Bicho que hubiera forzado un triple desempate, con Patronato y SMSJ. No obstante, el cuadro de La Paternal no pudo doblegar al Patrón, que tuvo un notable despegue en 2019 y festeja otro año más en Primera.

El día después

A Tigre todavía no se le terminó la temporada, ya que jugará la Cooa de la Superliga, el nuevo torneo que otorgará a los finalistas un lugar en las copas internacionales de 2020, independientemente hayan descendido o no (otra particularidad del fútbol argentino). El Matador se medirá en los 16avos de final ante Colón y con formato ida y vuelta: primero en el Cementerio de Los Elefantes, luego en el José Dellagiovanna. Se definirá en Victoria porque Tigre terminó mejor posicionado.

Ahora bien, con todo lo que implica jugar de nuevo en la segunda división tras un largo período en la máxima categoría, supondrá un desmantelamiento de un plantel que terminó cotizándose. ¿Pipo podrá retener a sus figuras? No faltan ofertas por Lucas Menossi, Walter Montillo y Federico González. Además, varios jugadores seguramente tomarán otro rumbo, como Gastón Guruceaga o Nicolás Colazo. ¿Renovarán contrato los ídolos, Chino Luna y Patito Galmarini? ¿Y qué pasará con Diego Morales? ¿Seguirá la columna vertebral pensando en el Operativo Retorno? Muchos interrogantes, con respuestas que tendrán lugar más adelante. Es momento de reflexionar el por qué de este desenlace, que tuvo muchos responsables. Y seguir adelante, con la frente en alto, que es la mejor manera de perder.