Ni el más optimista hincha de Tigre podría haber predicho lo que pasó en Victoria. Fue una noche soñada. Para el hincha de Tigre y también para el espectador neutral. El Matador, sumamente diezmado por las lesiones, supo sobreponerse y dio una cátedra de fútbol en un José Dellagiovanna repleto y eufórico.

El equipo de "Pipo" Gorosito mostró su mejor versión y pasó por encima a los dirigidos por el "Ruso" Zielinski que nunca dieron respuesta alguna. Todo empezó desde temprano. A los 15', luego de una enorme jugada colectiva donde participaron casi todos los jugadores de Tigre, Lucas Menossi definió con gran categoría por encima de Luchetti y logró su primer tanto en esta Copa de la Superliga.

Desde ahí, Atlético Tucumán no volvió a ser el mismo y fue del partido. A los 41', Juan Ignacio Cavallaro aumentó la ventaja con un gran derechazo que se coló por el primer palo del arquero rival y así Tigre se fue al descanso redondeando un gran primer tiempo, con mucha movilidad y asociaciones en corto, ganando por 2-0.

En el segundo, el Matador salió a comerse la cancha, literalmente. En una ráfaga de fútbol, intensidad y talento, Tigre clavó tres goles más y aumentó el marcador a 5-0. Primero, "Cachete" Morales, la figura del partido por escándalo, sacó un derechazo inatajable que provocó el delirio de todos los presentes. Después, Nicolás Colazo pisó el área y sacó un zurdazo letal para el 4-0 y por último, Cavallaro nuevamente, redondeando un enorme partido, selló el 5-0 definitivo con un cabezazo en el área chica y alcanzó su quinto grito con la camiseta de Tigre.

Confianza, empatía y convicción. Tres adjetivos, de los tantos que existen, que definen a este Tigre. Un equipo que injustamente descendió a la B Nacional pero que sigue atrás de una idea. Sigue defendiendo una identidad futbolística. Confianza porque entre jugadores y cuerpo técnico hay una conexión que los propios protagonistas destacan y eso hace que todo sea más fácil dentro y fuera del verde césped.

Empatía entre los que saben jugar. Para prestarse la pelota y siempre buscar al compañero mejor posicionado. Nunca hacer una de más, siempre buscar al compañero. Y convicción, porque Nestor Raul Gorosito le devolvió la identidad futbolística a un club que, quizás, la había perdido hace un tiempo. La convicción con una idea, una filosofía y un estilo. El hincha de Tigre se siente representado por este equipo y ese es el legado más grande que un entrenador puede dejar.

Tigre aún no está en la final. Si bien consiguió un resultado abultado, deberá defenderlo en Tucumán, una cancha para nada difícil. Pero termine como termine esta historia, todos recordaremos al Tigre de Pipo Gorosito. Un equipo que despertó el entusiasmo y le sacó sonrisas a propios y extraños. Un plantel que potenció sus virtudes al máximo y supo sortear partidos que parecían imposibles. Un grupo que está mas vivo que nunca.

La vuelta será el próximo sábado a las 18.45 horas en el José Fierro y allí Tigre deberá defender el 5-0 logrado en casa. "Es un sueño del que no me quiero despertar" dice un hincha en la popular durante el partido. No es un sueño. Este Tigre es una realidad y está a un paso de meterse en la final única que se disputará en Córdoba. Y soñar, por qué no, con la Copa Libertadores de América.

Los goles