2 de junio de 2019. Fecha que quedará grabada y guardada en la retina de todos los hinchas de Tigre, por más grandes o chicos que sean. El Matador logró la hazaña. Estando descendido a la B Nacional, el equipo de Pipo Gorosito supo sobreponerse a todo aquel que se le cruzó por el camino y consiguió la primera estrella en su historia.

Pero la final no fue nada fácil. Tigre fue eficaz en ataque pero sufrió mucho en el fondo durante todo el segundo tiempo. Boca no concretó ninguna de las chances que generó y es por eso, entre otras cosas, que el partido terminó como terminó.

El primer gol llegó a los 24 minutos gracias a la perseverancia de Fede González. El 9, quién difícilmente siga en el Matador en el próximo semestre, recibió la pelota de Cachete Morales en el costado derecho. Comenzó a quedarse sin ángulo para patear pero, confiando en su olfato goleador, sacó un zurdazo que se le escurrió al arquero Andrada en el primer palo. Delirio Matador en las tribunas.

En una ráfaga de fútbol, llegó el segundo grito. Fede González partió habilitado, recibió un pase largo desde campo propio y se la cedió a Lucas Janson que corrió y fue derribado por Izquierdoz antes de que pudiese patear. Penal cobró Nestor Pittana. Penal que el propio Janson se encargó de cambiar por gol. Tercer penal pateado para el delantero en el año y tercero convertido.

A partir de ahí, Tigre se dedicó a aguantar el resultado del partido. Aparecieron las manos salvadoras de Marinelli y la solvencia de Moiraghi y Alcoba en el fondo. Boca arrinconaba al Matador pero fallaba en el último toque o en la última definición. Benedetto tuvo un partido para el olvido, dilapidando más de tres chances claras de gol.

El resultado no se modificó, los minutos transcurrieron lentamente y Tigre logró la hazaña. Se coronó campeón de la Copa de la Superliga y sacó boleto para la Copa Libertadores del año 2020. Colón, Unión, Racing, Atlético Tucumán y Boca. Todos se quedaron en el camino a manos del Tigre de Pipo Gorosito. Un equipo convencido con una idea y una filosofía de juego. Con sentimiento de pertenencia y que forjó una identidad futbolística y humana.

Lo que logró Pipo Gorosito es muy grande. Una victoria que quedará en las páginas doradas de la institución. Injustamente o no, Tigre jugará la próxima temporada en la B Nacional. El dilema de los promedios sigue siendo tema de discusión hoy en día, pero poco le importa al plantel y al cuerpo técnico. Todos están felices. Se alcanzó el tan ansiado objetivo.

La seguridad de Marinelli, la solvencia de Moiraghi y Alcoba, la presencia de Colazo, la dinámica de Perez Acuña, la experiencia del Marciano Ortiz y de Galmarini, la magia de Cachete Morales y Montillo, la garra de Prediger, los goles de González, Janson y Chino Luna y el cerebro de Pipo Gorosito. Todos aportaron su granito de arena. Todos comprometidos detrás de un mismo objetivo. De arranque o desde el banco, todos aportaron lo suyo y llevaron a Tigre a lo más alto. Un equipo que enamoró a propios y extraños.

Con Cachete Morales, Sebastián Prediger y Walter Montillo confirmados para seguir en el Matador de cara a la B Nacional, Tigre se va a dormir tranquilo. Con la copa bajo el brazo y el pasaje en mano para la Libertadores, el hincha, en especial el que hizo el enorme esfuerzo de viajar hasta Córdoba, está contento y satisfecho. Vio al equipo de Pipo Gorosito. Vio a Tigre coronarse. Y eso no se lo olvidarán jamás. Salud campeón.

El resumen y los goles

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