En la sala se encontraban alrededor de 200 invitados, entre los que se encontraban varios dirigentes de La Banda (Jorge Brito, por ejemplo), miembros de la prensa e hinchas Millonarios quienes, bajo la conducción de Juan Pablo Varsky, le pudieron realizar preguntas al Muñeco, escuchar sus ideas y luego acercarse para que les firmara libros y camisetas, se sacara fotos con ellos, entre otras cortesías.

Los presentes corearon el "Muñeeeco, Muñeeeco" al recibir al DT, quien sonrió y reconoció que la foto de tapa no le favorece demasiado, pero que “refleja una forma de ser, de sentir y una realidad... que es la mía”, y que también manifiesta “una forma pasional de expresarme”.

La portada y la imagen eufórica del Muñe. Fuente: La Nación
La portada y la imagen eufórica del Muñe post final contra Boca en Mendoza. Fuente: La Nación

En cuanto a su ideología futbolera, admitió que siempre tuvo “curiosidad” por saber si podría hacer que “los jugadores la pudieran desarrollar”, ya que son ellos “los verdaderos protagonistas de hacer propia una idea” y para que eso pase deben ser “buenos, inteligentes y con convencimiento”.

“No hay ideas propias de nadie, yo fui tomando nota de todos lados y después traté de darle mi impronta a un mensaje, a una forma de entrenar y una línea de comportamiento que tenía que ver con cómo vivir y jugar. Después, los futbolistas mismos van haciendo propia esa idea y, con los cambios de nombres, se sigue sosteniendo porque ya está instalada”, agregó.

El entrenador más ganador de la historia de River Plate explicó que le inculca a sus dirigidos el espíritu competitivo que tanto se le reconoce a través de la situación en la que la Argentina está inmersa: "No vivimos en contextos llevaderos y armónicos. Entonces es más fácil forjar fuertes mentalidades en un grupo si vivimos en un país como en el nuestro, con todas las cosas que tenemos que atravesar”.

Respecto a su relación con sus futbolistas, se enorgulleció sobre el hecho de que, al irse del cuadro de Núñez, encuentren “un lugar de pertenencia y que les genere entusiasmo volver”, en tanto que sus formas de comunicarse con ellos son “frontales”, y que cuando uno no juega y le pregunta las razones, él trata de ser “lo más honesto posible”, a su vez de reconocer cuando se equivoca.

“El futbolista detecta y te cree cuando les advertís, si es necesario, por qué no juega. A mí me gustaba que cuando un técnico no me quería o no me ponía, al menos quería que fuera honesto, que me dijera las cosas de frente. Y a mí me encanta que sean frontales conmigo para generan una conexión y un diálogo. Si yo los esquivara, sería incómodo", argumentó.

Finalmente, Gallardo reveló que es “muy difícil no motivarse” para renovar desafíos, que él no mide la estimulación “por resultados, sino por ganas y energías”, lo cual lo pone sobre la mesa “en cada balance a fin de año”, y que cuando ya no la sienta naturalmente ni le nazca de sí, “habrá llegado el momento de parar” o seguir su “carrera en otro lado”, pero que mientras tenga ese apremio está en “un lugar con todas las posibilidades” de desarrollarse “de la mejor manera posible".