Por la quinta fecha del certamen local, el Monumental recibió una vez más al Superclásico Argentino, que, para decepción de todos, terminó sin goles. River Plate hizo valer su localía, dominando el juego y la posesión de balón, sin embargo se encontró con un efectivo Esteban Andrada. Boca Juniors, por su parte, mantuvo un esquema defensivo la mayoría del tiempo, solo contando con algunas chances aisladas a través de la pelota parada.

El primer tiempo comenzó como transcurrió todo el encuentro, con el dominio absoluto del local ante el equipo visitante. Si se busca en la estadística, probablemente Boca no mantuvo la pelota más de 5 minutos consecutivos en los primeros en la primera mitad ya que el conjunto de Gallardo, ya sea tras perder el balón o tras un saque de arco rival, presionaba alto y recuperaba rápido. Sin embargo, a pesar de que era River el dueño del juego, no llegaba con finura ni peligro al área rival y los remates al arco, como algunos que tuvo Nacho Fernández y uno de Nicolás De La Cruz sobre el final, sin ser demasiado peligrosos, terminaban en las manos del arquero Andrada.

Boca, por su parte, tenía como única estrategia de juego el pelotazo largo a las cabezas de Hurtado o de Soldano, que a pesar de haber ganado los duelos aéreos en algunas ocasiones, caían en la cuenta que se encontraban demasiados aislados, de espaldas y a no menos de 40 metros del arco de Franco Armani. El conjunto visitante intentaba  aprovechar la pelota parada como arma principal, aunque no pudo capitalizarlas. Este esquema dispuesto por Gustavo Alfaro sumado a la falta de efectividad de los atacantes de River, concluyó en un primer tiempo sin goles. Sobre el final, tras un córner a favor del visitante, Paulo Díaz recibió una clara patada de Hurtado a la altura del muslo, siendo una jugada clara de expulsión pero que el juez, Fernando Rapallini, decidió solo sancionar con una tarjeta amarilla.

El complemento, hasta los 30 minutos, mantuvo la dinámica del primer tiempo. River tenía la pelota y tuvo algunas oportunidades en los primeros minutos, tras un remate de Palacios apenas desviado y  un cabezazo de Martínez Quarta que retuvo Andrada. Sin embargo, la mejor oportunidad la tuvo Rafael Borré a los 26 minutos, que dominó y remató desde el punto penal sin poder vencer al arquero visitante, de gran reacción. Ya faltando 15 para el final, tras la lógica del cansancio y los cambios, el mediocampo se rompió y la pelota viajaba rápidamente de arco a arco, pero, como en todo el encuentro, sin peligro real para los arqueros. La mejor oportunidad de Boca fue a los 40 minutos a través de una pelota parada, tras un buen remate de Tevez que Armani supo enviar al córner. Ya apagado, el primer Superclásico del mes, se diluyó sin goles y con un punto para cada quien.  

El próximo fin de semana llega la fecha FIFA, por lo que ambos equipos, excepto los convocados a sus respectivas selecciones, tendrán descanso. River lo hará pensando en la continuidad de la Superliga y en el próximo duelo por Copa Argentina. Boca tratará de recuperar lesionados y volver a la victoria en el torneo local. Aunque sin duda, más allá de estos compromisos, las cabezas de ambos técnicos ya están, tomando este encuentro como premisa, pensando en lo que serán los duelos de semifinal de Copa Libertadores de octubre, donde tendremos la oportunidad de disfrutar dos superclásicos más y que, esperemos que a diferencia de este, no carezca de emociones.

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