En el día de ayer se vivió un clima tranquilo en Unión. El juego que los define como equipo volvió a aparecer, aunque ya no pelean por el campeonato local, todavía están con vida para clasificar a una próxima copa internacional y la ilusión sigue intacta.

Justamente enfocándose en esto último, lo más importante pasará por la recuperación de Juan Cavallaro, que no llegó al último cotejo por un fuerte golpe en la rodilla que sufrió ante Aldosivi. En primera instancia se temió por una lesión grave en la que pudieran estar comprometidos los ligamentos, pero a decir verdad fue solo un susto y el volante creativo trabajó como siempre, aunque de manera liviana.

El jueves probó exigirse y, si bien no sentía tanto dolor, le costaba andar cómodo ante la falta de estabilidad. Fue así como el viernes insistió, pero infiltrándose para adormecer la zona. El resultado no fue lo esperado y, al notar que no podía ni pegarle con tranquilidad a la pelota, prefirió no arriesgar y directamente quedó al margen.

En este sentido, como se aproximaba un partido de alta exigencia, se optó por colocar a un jugador en plenitud y evitar un mal menor. Así las cosas, la idea es que el mediocampista, que puede darle fútbol y talento a la ofensiva, vaya por los carriles correctos para llegar en condiciones al partido contra Gimnasia de La Plata.

De todas maneras, esto no quiere decir que se contemple que sea nuevamente titular, sobre todo si se tiene en cuenta lo bien que regresó Gabriel Carabajal, pero sí para ver si puede ocupar un lugar entre los concentrados. Después, de los que forman parte de la base principal, todos están en condiciones.