Es indudable que en la última década, el cuadro de Victoria ha sido protagonista en la elite del fútbol argentino. Tres subcampeonatos de torneos regulares de la máxima categoría, una final de copa internacional y un título de copa nacional atestiguan lo dicho.

Tigre tiene como meta suprema volver rápido a la Superliga, tras el descenso sufrido en abril tras 12 años seguidos en la A. La primera rueda de la Primera Nacional terminó cuarto y el Matador está en cuarto lugar, en zona de Reducido. Pero antes de terminar el 2019, en Victoria quieren brindar con su segunda estrella, porque una copa lleva a otra copa, y el vigente campeón de la Copa Superliga jugará el Trofeo de Campeones este sábado en Mar del Plata para determinar al supercampeón de los certámenes organizados por la Superliga Argentina de Fútbol: recordemos que esta es la primera edición de este trofeo, con forma de estrella, que convalida un título oficial al ganador, que lo juegan Racing, ganador de la Superliga 2018/19, y Tigre, campeón de la Copa de la Superliga que juegan los equipos de Primera (por eso, Tigre no podrá defender el título en 2020). Ambos campeonatos de la SAF le dan al primero un lugar en la Copa Libertadores, y por eso, la Academia y el Matador tienen su lugar en el máximo certamen de clubes de Sudamérica del año que viene.

Otra especie de final fue el triangular del Apertura 2008, entre Tigre, Boca y San Lorenzo, que terminó ganando el Xeneize por diferencia de gol. Si el Matador le ganaba a Boca por dos goles, iba a gritar campeón.

Si hablamos de finales, esta será la tercera definición que el Matador disputará por un título en el Profesionalismo, todas con Néstor Gorosito como DT. La primera fue en la Copa Sudamericana 2012, cuando se jugaba de forma semestral, a la cual Tigre accedió por su gran campaña en el Clausura 2012 con el Vasco Arruabarrena. Tigre eliminó a Argentinos Juniors (6-2 en el global), Deportivo Quito de Ecuador (4-2), Cerro Porteño de Paraguay (4-3), Millonarios de Colombia (1-1; gol de visitante) y en la final se topaba con el poderoso Sao Paulo brasileño. En el partido de ida, igualaron 0-0 en La Bombonera (se jugó allí dado que el estadio Dellagiovanna no cumplía con la capacidad requerida por Conmebol para albergar una final) y en la revancha en el Morumbí, de la cual hoy se cumplen siete años, ganaba 2-0 el local, pero nunca se disputó el segundo tiempo debido a las agresiones de la policía brasileña a los jugadores y cuerpo técnico de Tigre, dando la Conmebol finalizada la final.

La revancha para Pipo llegó recién este año. Levantó a un equipo totalmente a la deriva a comienzo de año, realizó una campaña ejemplar en la recta final de la Superliga pasada (no alcanzó por los promedios) y con ese envión, el Matador jugó la Copa de la Superliga, a formato ida y vuelta con final neutral, para quedarse con la estrella que esperó por más de un siglo, ya que fue la primera obtenida en la máxima categoría. Tigre dejaba afuera a los dos equipos de Santa Fe, Colón (3-2) y Unión (4-3); en cuartos de final eliminaba a Racing, el campeón (3-2); en semifinales despachaba a Atlético Tucumán, que venía de dejar afuera a River, ganando ambos cruces (6-0 en el global); y en la gran final, disputada el 2 de junio de 2019 en el estadio Mario Alberto Kempes de Córdoba, con goles de Federico González y Lucas Janson, Tigre vencía 2-0 a Boca Juniors y alzaba su ansiada estrella.