Atlético Tucumán llegó a Asunción con la necesidad de lograr al menos un empate para conseguir la clasificación histórica a los octavos de final de la Copa Libertadores. Como Libertad ya tenía asegurada su plaza en la fase de los 16 mejores del torneo, el armisticio parecía una sentencia en el Dr. Nicolás Leoz.

A pesar de las noticias que llegaban desde Montevideo, donde Peñarol superaba a The Strongest de Bolivia, el acuerdo tácito realizado por los protagonistas argentinos y paraguayos llevaban a que se produzca un espectáculo monótono y previsible. Salvo por alguna intervención de Aquino que hizo exigir al Oso Sánchez, el duelo se mantenía lejos de las áreas.

Pero la falta de experiencia del arquero complicó el destino del Decano. En una apresurada salida, el ex Nueva Chicago derribó a Bareiro y el brasileño Wilton Pereira Sampaio no dudó: expulsión por la ley del último recurso.

El ingreso de Franco Pizzicanella por Gervasio Núñez y el remate en el palo de Salcedo impusieron la cuota de suspenso ¿Era posible que Atlético Tucumán sostenga la igualdad con inferioridad numérica ante el mejor de su zona? La respuesta se resolvió en el complemento.

Las variantes no modificaron la tendencia. El 0 a 0 calificó a ambos equipos. El liderazgo de Libertad y la clasificación de Atlético Tucumán nunca estuvieron en riesgo porque los intérpretes no se atacaron. Ambos jugarían los octavos de final.