Los títulos, la filosofía, la hinchada, los reconocimientos, los equipos históricos, la infraestructura, la popularidad... tantas cosas hacen grande a River. Sin embargo, hay un criterio que lo hace más grande todavía: su semillero. A lo largo de su historia, vio nacer a muchísimos jugadores importantes, que han logrado dejar su huella en el club, en la selección nacional y también en el extranjero. Empezando desde el arco con Amadeo Carrizo, siguiendo con defensores como Norberto Yácono, Ricardo Vaghi, Martín Demichelis; del medio para adelante, Néstor Rossi, Reinaldo Merlo, Javier Mascherano, Norberto Alonso, Ángel Labruna, Alfredo Di Stefano, Ramón DíazPablo Aimar, Ariel Ortega, Marcelo GallardoAndrés D’Alessandro, Gonzalo Higuaín, Hernán Crespo, por citar algunos de la extensa lista.

En la actualidad, hay varios jugadores que surgieron de Núñez que están actuando en clubes del extranjero. Por eso, vamos a formar el once ideal con estos jugadores surgidos en la última década (2010 en adelante).

EL EQUIPO. Leonardo Chichizola; Emanuel Mammana, Germán Pezzella, Ramiro Funes Mori; Exequiel Palacios, Guido Rodríguez, Roberto Pereya; Manuel Lanzini; Sebastián Driussi, Rogelio Funes Mori y Lucas Ocampos.
EL EQUIPO. Leonardo Chichizola; Emanuel Mammana, Germán Pezzella, Ramiro Funes Mori; Exequiel Palacios, Guido Rodríguez, Roberto Pereya; Manuel Lanzini; Sebastián Driussi, Rogelio Funes Mori y Lucas Ocampos.

 

En el arco tenemos a Leandro Chichizola, hoy atajando en el Getafe FC de España. Debutó en el 2011 de la mano de Matías Almeyda, cuando River disputaba la segunda división, y se fue en el 2014. Nunca se afianzó por completo, ya que fue opacado por Marcelo Barovero en el último tramo. Sin embargo, supo ser clave en la obtención del Torneo Final 2014, donde reemplazó justamente a Trapito en la recta final del mismo. El memorable penal que le saca en el tiempo de descuento a Sebastián Saja le permitió al Millonario vencer a Racing y encaminarse al título.

La defensa está conformada por tres hombres: Emanuel Mammana (Zenit de Rusia), Germán Pezzella (Fiorentina de Italia), Ramiro Funes Mori (Villarreal de España). Los últimos dos debutaron a principios de la década, en el 2011 y de la mano de Almeyda, mientras que Mammana lo hizo en el 2014 con Marcelo Gallardo en el banco. Los tres tienen esa particularidad: los dirigió el Muñeco, ganaron la Copa Sudamericana, Recopa Sudamericana, Copa Libertadores y se fueron en el 2015.

En el medio, tres nombres, tres jugadores de buen pie: empezando por el ‘cinco’ Guido Rodriguez (Betis de España) que debutó en 2014 con Gallardo y, aunque no jugó mucho, lo supieron ver desde afuera y se fue en el 2016. Sería injusto no mencionar a otro gran volante central, Matías Kranevitter, que subió de la mano de Ramón Díaz y se fue a finales del 2015, aunque no volvió a encontrar afuera el nivel que demostró en el Millonario. Hoy se encuentra en el Monterrey de México. Los dos son campeones de Libertadores también.

Seguimos en el medio pero con otras funciones: Exequiel Palacios (Bayer Leverkusen de Alemania) y Roberto Pereyra (Watford de Inglaterra). Los dos oriundos de Tucumán. Empecemos con Pereyra, que fue un paso temprano y fugaz: debutó en el 2009 y se afianzó el año siguiente, disputando la temporada donde ocurriría el descenso. No llega a jugar la segunda división ya que el Udinese italiano desembolsó por él 4 millones de dólares en agosto del 2011. Desde muy joven está en Europa. Por el lado de Exequiel, el Muñeco lo puso en cancha por primera vez a fines del 2015, aunque lo llevó de a poco; fue en el 2018 cuando se asentó y logró ser una pieza muy importante del equipo. Ganó el título más importante, la Libertadores ante Boca Jrs., como también la Supercopa de ese año y la Recopa Sudamericana el año pasado. Se fue a principios del corriente.

Centrados en el ataque, como enganche tenemos a Manuel Lanzini (West Ham de Inglaterra). Similar a Pereyra, Manu debutó a principios de la década, precisamente en el 2010. Tuvo dos etapas, ya que en el medio se fue al Fluminense por lo que no jugó en la B Nacional. Tras el ascenso, tuvo muchas chances con Ramón Díaz y supo dejar su huella: convirtió en un Superclásico y fue importante en la obtención del Torneo Final 2014. Se fue a mitad de ese año.

Por último, la delantera, compuesta por tres hombres: Sebastián Driussi (Zenit de Rusia), Rogelio Funes Mori (Monterrey de México) y Lucas Ocampos (Sevilla de España). Nuevamente arrancamos por orden cronológico, siendo turno del Mellizo: el delantero debutó en 2009 y no tuvo un buen paso. Muy criticado hasta su ida en el 2013, ya que fue el que más estuvo más tiempo y sumó muchas chances que no fueron aprovechadas del todo. Podemos destacar que no estuvo en un buen momento del club, pero no es algo pleno eso. Sin embargo, a día de hoy es un delantero muy completo que está dando de qué hablar con los Rayados, es una versión muy distinta.

Siguiendo con Ocampos, tal vez el jugador que menos tiempo estuvo: debutó en el primer semestre del 2012 y se fue a mitad de año luego de obtener el ascenso, ya que lo vino a buscar el Mónaco francés por la suma de 16 millones de euros, siendo una de las ventas más caras de la historia. Desde allí, Lucas no logró establecerse en un equipo, pero pasó por el Olympique de Marsella, el Genoa y Milan (Italia) hasta el día de hoy que se encuentra en el Sevilla. Finalizamos con Driussi: el delantero tuvo su debut con Ramón en el 2013, pero no se afianzó hasta la llegada de Marcelo Gallardo. No fue algo inmediato, ya que fue en el 2016 donde tuvo su racha goleadora realizando una gran dupla con Lucas Alario. Ese buen nivel hizo que el Zenit ponga los ojos en él a mitad del 2017, que desembolsó cerca de 20 millones de dólares. Ganó la Sudamericana 2014, Libertadores 2015 y la Recopa del 2016, donde supo convertir en el partido de vuelta ante Independiente de Santa Fe.

En resumen, fue una década donde aparecieron grandes jugadores. Cabe destacar que, a excepción de Chichizola, Rogelio Funes Mori y Driussi, todos tuvieron su chance en el seleccionado argentino.

Desde su inicio -cuando se tocó fondo en todo sentido- hasta la llegada del Muñeco, y que a día de hoy se trabaja para que la calidad siga intacta, siempre bajo la filosofía del buen fútbol.

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