A cada lugar que va, Diego Maradona moviliza lo que nadie puede movilizar. Por lo hecho dentro del campo de juego, se transformó en la figura que casi todos admiran. Y, con el paso de los años, llevó esa impronta hacia el otro lado de la línea de cal. Desde el banco de suplentes, como entrenador, revoluciona hasta el rincón más chico del club que lo contrata. Este viernes, en su cumpleaños número sesenta, la ciudad de La Plata todavía vibra con la presentación del "diez" como DT de Gimnasia. 

Sin embargo, su historia con el buzo y pantalones largos comenzó hace tiempo. Precisamente en 1994. Diego estaba suspendido por 15 meses por el doping positivo del Mundial de Estados Unidos, pero la sanción nada decía sobre el rol de entrenador. Así, la estrella viajó hacia Corrientes, donde lo esperaba el Deportivo Mandiyú, con Sergio Goycochea, ex compañero en la Selección Argentina, en el arco. 

El debut fue el 9 de octubre contra Rosario Central, en la provincia correntina. Maradona no tenía el título de entrenador, por lo tanto tampoco carnet, y tuvo que ver el partido desde la platea. Carlos Fren, su ayudante de campo y ex compañero en Argentinos Juniors, estuvo en el banco de suplentes. El partido terminó 2 a 1 para los rosarinos y Diego, a pesar de estar en la tribuna, no se privó de gritarle al árbitro y dar indicaciones a sus dirigidos. 

En trece partidos, solo logró una victoria, 3 a 0 contra Gimnasia de Jujuy. Uno de los partidos más recordados es el empate en dos contra el River del "Tolo" Gallego, en el Monumental, que después sería campeón de ese Torneo Apertura. Al finalizar el campeonato, en disputa con el presidente del club, el ex jugador del Napoli se fue. 

No pasaría mucho tiempo para un nuevo desafío. Luego de ponerse de acuerdo con el presidente Juan Destéfano, en febrero de 1995, lo esperaba Racing Club de Avellaneda para afrontar el Torneo Clausura. Sin embargo, tampoco estuvo demasiado en el banco académico. En un total de once partidos, consiguió dos victorias, seis empates y tres derrotas. El triunfo destacado fue contra Boca, en la Bombonera, por 1 a 0, cancha que era esquiva para el conjunto celeste y blanco. 

En una época difícil para la Academia, el primer partido fue un amistoso contra Independiente y, una publicación de El Gráfico, da cuenta que Diego dejó afuera del plantel a Reinoso y Struwar por no presentarse el primer día de pretemporada, lo cual consideró "una falta de respeto a los compañeros". Cuando le preguntaron si los volvería a reincorporar, contestó, a lo Maradona: "no lo creo". 

"Pelusa" se fue antes de la finalización del Torneo, que terminaría con Racing en la sexta posición, para, más tarde, volver a ponerse los cortos y jugar con la camiseta de Boca, una vez terminada la suspensión. Pasaron más de diez años para que vuelva a dar indicaciones con el traje de DT. Y en el lugar al que todo entrenador sueña llegar. 

A fines del 2008, luego de una derrota con Chile por las Eliminatorias para el Mundial de Sudáfrica 2010, el ciclo del "Coco" Basile al frente de la Selección Nacional se vio concluido. Y Julio Grondona eligió, a pesar de algunas diferencias, al autor del mejor gol en la historia de los mundiales como su reemplazante. Comenzaba el proceso de Diego Maradona al frente de Argentina, y no sería nada sencillo. 

La albiceleste sufrió hasta la última fecha para clasificar al Mundial, pero lo logró. Todos recuerdan el partido con Perú, en cancha de River. En medio de insultos hacia el equipo, el partido estaba 1 a 1 y Argentina no dependía de sí misma para clasificar. Pero apareció Martín Palermo, el hombre de los milagros, para que Maradona se tire de "clavadito" en medio del diluvio que caía sobre el césped del Monumental. Unos días después, la Selección ganó en Uruguay, con gol de Mario Bolatti, y cerró su pasaje a tierras sudafricanas. 

Sin embargo, en la Copa del Mundo volvieron los fantasmas. Luego de pasar la fase de grupos (Nigeria, Corea del Sur y Grecia) y derrotar a México en octavos de final, la Selección Alemana le dio un baño de realidad y venció a Argentina 4 a 0. El ciclo de Maradona veía su fin. En total, estuvo al frente del plantel albiceleste en 25 partidos, en los que obtuvo dieciocho victorias y siete derrotas.  

Un año después, el destino lo llevaría a los Emiratos Árabes Unidos: el 28 de agosto del 2011, fue presentado al frente del Al Wasl. Uno de los temas más recordados de su paso por el conjunto amarillo es la discusión con Roberto Trotta. Diego llamó al ex defensor de Vélez para ser su ayudante de campo, junto con el "Negro" Enrique y Luis Islas, quienes también formaban parte del cuerpo técnico. 

El año pasado, en charla con la TV Pública, Trotta dijo: "Maradona me convocó por un sueño de la suegra, la mamá de Verónica (Ojeda). Diego fue a Dubái con Mancuso, pero se peleó. Quedó bacante un lugar. Cuando le pregunté qué hacía acá, me contestó: 'mi suegra soñó con vos, que eras buena gente'". También, dijo que se fue porque no le gustaban algunas cosas, relacionadas al poco trabajo del cuerpo técnico. Por su parte, Diego opinó sobre Roberto: "no servía". 

Regresando a lo futbolístico, como DT del Al Wasl, Maradona dirigió 44 partidos, uno de sus periodos más extensos. De esos, ganó veinte, empató seis y perdió dieciocho. Con estos resultados, la dirigencia árabe dio un giro inesperado y expulsó al "diez", cuando él y su grupo de trabajo estaban en Argentina. 

Pasaron cinco años para que Maradona vuelva a dirigir. Los jeques volvieron a poner los millones sobre la mesa y Diego fue anunciado como entrenador del Al Fujairah, de la segunda división del fútbol emiratí. Sin embargo, no consiguió el objetivo (ascender) y partió, con quince partidos ganados, doce perdidos y tres empates, en 30 encuentros disputados. 

Así, regresó a ponerse el traje de entrenador en América, pero en el norte. En el estado de Sinaloa, famosa por sus cárteles del narcotráfico, Dorados vivió una revolución con la llegada de una de las estrellas del mundo del fútbol al banco de suplentes, reflejada en la famosa serie de Netflix. 

Con Diego como DT, "El Gran Pez", apodo del equipo, estuvo a punto de ascender a la máxima categoría de la liga mexicana, pero la obtención del título se vio frustrada, dos veces. Ambas, contra Atlético San Luis, club que ascendió por ganar las dos finales. De esta manera, concluyó con dieciocho victorias, diez empates y siete derrotas. 

Ahora, se llega al presente, en Gimnasia y Esgrima de La Plata. Gabriel Pellegrino, presidente tripero, sorprendió a todos y llamó a Maradona para que vuelva a dirigir en el fútbol argentino. El bosque se revolucionó como nunca: según Marketing Registrado, la masa societaria y la venta de camisetas se dispararon, sumadas al crecimiento de la audiencia en redes sociales alrededor del mundo y el incremento en las acreditaciones de periodistas. 

Pero hubo un momento preocupación, cuando todos los diarios titularon, a mediados de noviembre pasado: "Maradona se va de Gimnasia". Es que en el Lobo habían elecciones, pero Pellegrino no se iba a presentar como candidato. El "10", fiel a sus convicciones, dijo que no seguía si no era con el presidente que lo había contratado. Y Maradona lo puede todo. Pellegrino se presentó y, para alivio de los hinchas triperos, Diego sigue como entrenador de Gimnasia. 

Con un equipo con la calculadora en la mano, el objetivo era no descender. Se logró, gracias a la suspensión por la pandemia. Hasta el momento, había ganado siete partidos, perdido cinco y empatado ocho. El próximo fin de semana, contra Patronato en el bosque, comienza un nuevo camino con Maradona en el banco de suplentes. 

Lo que está claro, es que en Corrientes, Dubái, México, La Plata o al frente de la Selección Argentina, Diego Maradona es mucho más que un director técnico.

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