Un club de los tradicionales de Primera División, con más de 70 temporadas en la máxima división del fútbol argentino, que tuvo dos décadas deambulando en el ascenso, entre B Nacional y B Metropolitana, este domingo tiene la gran oportunidad de regresar a la élite. Estamos hablando de Platense, que jugará la final por el segundo ascenso a la Liga Profesional de Fútbol para acompañar a Sarmiento. Este domingo, en el estadio de Newell's, el Calamar se las verá ante Estudiantes de Río Cuarto.

​​El conjunto de Saavedra, que no juega en Primera desde 1999, llegó a la gran definición luego de una gran campaña en la reanudación de la Primera Nacional: integró la Zona Campeonato "A" y finalizó en segundo lugar, justamente debajo de su rival del domingo, con 13 puntos sumados en 7 partidos. Venía líder (lo que le hubiera valido jugar la final por el primer ascenso) venciendo a rivales fuertes como Atlanta y Ferro, pero en las jornadas finales empató (vs Agropecuario y Estudiantes de Caseros), así el triunfo final contra Temperley (2-1) no alcanzó por la diferencia de gol.

Más allá de la espina de quedar segundo en el grupo, el Calamar igualmente podía seguir compitiendo por el segundo ascenso y al finalizar en esa posición, evitó jugar dos llaves eliminatorias y accedió directamente a los cuartos de final del Reducido. Su primer rival fue Deportivo Riestra, contra el cual fue superior, pero no pudo salir del 0-0 y recién pudo doblegarlo tras una larga tanda de penales, venciendo 8-7 al equipo del Bajo Flores.

Ya en las semifinales del Reducido, el Marrón se las veía ante Atlético Rafaela, uno de los elencos más sólidos del certamen, que también terminó segundo en su grupo (la Zona B). En Rosario, Platense se impuso por 2-0 ante la Crema, con los festejos de Luciano Recalde y Franco Baldasarra.

Los dirigidos por el Chocho Llop (que como DT ascendió a la A en 2006 con Godoy Cruz y salvó a Racing del descenso en 2008) llegan como firmes candidatos. En el equipo se destacan su experimentado arquero, Jorge De OliveraBrian Lluy en la defensa; la pegada de Mauro Bogado; el talentoso volante colombiano que maneja los hilos,  José Luis Sinisterra; el recambio fresco en los pies de Alexis Messidoro y Tiago Palacios; y sus goleadores Juan Curuchet y Joaquín Susvielles.

Es un equipo práctico, muy sólido en la defensa (solo seis goles recibidos en los últimos nueve partidos jugados), invicto desde la reanudación del fútbol post pandemia y con un hambre de gloria que no se veía hace tiempo en el equipo de Vicente López. La última gran chance que tuvo Platense de volver a Primera había sido en 2007, cuando perdió en la final del Reducido ante Tigre para acceder a la Promoción. Antes y después, solo había sufrido fracasos. No obstante, el Calamar está preparado para dar el zarpazo y sentarse en la mesa junto a los grandes del fútbol argentino..