Iban 12’ de la segunda parte del encuentro entre el PSG y el Nantes, cuando Mauricio Pochettino, luego de hablar con Leonardo, el Director Deportivo, decide sacar inesperadamente a Ángel Di María. A su salida, una imagen bastante particular se pudo ver. El rosarino intercambió algunas palabras con el técnico, que lo acompaño directamente al vestuario.

Las primeras versiones hablaban del secuestro de un familiar de "Fideo", algo que fue desmentido rápidamente por los reportes policiales posteriores. Luego se pudo saber, de acuerdo con los dichos de los medios "Le Parisien" y "L'Equipe", que se trataba de un robo y que la mujer, Jorgelina Cardoso, y las hijas del argentino, no vieron directamente a los ladrones y tampoco se dieron cuenta de que una caja fuerte en la planta alta había sido desvalijada.

Los delincuentes habrían operado de manera muy profesional llevándose relojes y joyas que ascienden de valor a 500.000 euros.

Tras finalizar el partido, que el PSG perdió por 2-1, el técnico argentino dio algunas declaraciones: “Tenemos la decepción por haber perdido tres puntos, pero el grupo estaba preocupado por cosas de las que probablemente ya están al corriente”.

Di María no fue el único futbolista que sufrió un hecho delictivo. El otro futbolista cuya familia fue víctima de un episodio similar durante el partido fue el brasileño Marquinhos. En su caso, eran sus padres los que estaban presentes al momento del ingreso de los delincuentes a la vivienda ubicada en París.