Era una final. A pesar que no dejaban de ser 3 puntos en el campeonato local, Racing los necesitaba para poder clasificar, pero además de esto debía vencer al Ciclón por 2 goles de diferencia y esperar que Platense salga victorioso o empate ante Rosario Central. Algo complicado teniendo en cuenta que la suerte nunca fue aliada del equipo de Avellaneda. Una vez más el futbol puso de pies a sus fundamentalistas. Todo esto sucedió, y festejó media Avellaneda.

 

En la previa, para ambos equipos este partido era importante, pero por supuesto que la responsabilidad la tenía el local. A San Lorenzo empatando, o hasta mismo perdiendo por un gol (en vista de los resultados finales), le alcanzaba. Por un lado, Pizzi, siempre en el ojo de la tormenta, y por el otro Davobe, que ya directamente había sido arrasado por la tormenta, y el último resabio de esperanzas recaía en este encuentro. Eliminado prácticamente de la Sudamericana, y fácticamente de la Copa Argentina, la clasificación a Cuartos de Final del torneo doméstico era todo lo que le quedaba a San Lorenzo.

 

Luego de que el Árbitro del encuentro, Darío Herrera, pitó el inicio del mismo, se vieron dos posturas muy marcadas. Racing asumiendo la responsabilidad de ir a buscar el partido, y San Lorenzo esperando expectante los errores del rival para, con transiciones rápidas, realizar contraataques. Esto último ocurrió muy poco, y aquí el resultado del partido.

El equipo de Pizzi, como bien lo viene haciendo hace varios encuentros, utiliza muy bien a sus laterales, y en el cotejo ante El Ciclón no fue la excepción. Desbordes y desdoblamientos de Cáceres y, principalmente de Mena, que complicaron todo el tiempo a los defensores del club de Boedo.

A los 15 minutos del encuentro llegó el primer gol de la tarde. Tras un buen pivoteo del siempre experimentado Cvitanich y posterior centro de Mena, Tomás Chancalay remató a quemarropa y convirtió de cabeza el gol que rompió el marcador electrónico de Avellaneda.

Lo curioso es que en lo que restó del primer acto, a pesar de algunos intentos forzosos del visitante, San Lorenzo continuo con una postura llamativamente conservadora. Rebeldía de Romero y corridas de "Uvita" Fernández son las aptitudes a destacar en El Ciclón, no mucho más. 

De esta manera se cerró el telón de la primera parte, con Racing aún fuera de los clasificados debido a que San Lorenzo lo superaba en goles marcados. Todo esto teniendo en cuenta en primer lugar, el empate parcial de Platense y Central, y en segundo la victoria de River ante Aldosivi.

 

 

 

El arranque del Segundo tiempo fue demoledor para San Lorenzo. Apenas a los 13 segundos comenzada la segunda mitad, Sigali desde la zona defensiva realizó un pelotazo largo dirigido a Copetti que peinó y, luego de este proceso de manufactura rápida, la pelota llegó a destino, a los pies de Chancalay que remató fuerte para vencer el arco de Torrico.  La historia se dio vuelta y todos en San Lorenzo no lo podían creer. El visitante debía buscar al menos un gol para torcer el rumbo académico y clasificar.

A priori, el segundo tuvo la misma tonalidad que la totalidad del primero: Racing dominando, proponiendo, y tratando de romper el esquema defensivo azulgrana. ¿Por qué recalcamos el "a priori"? Debido a que poco a poco, el mero instinto de conservación, de saber que con ese resultado y con los demás te clasificabas, hizo que La Academia se meta en su propio arco a defender el Resultado. Terminó sufriendo como lo dicta su historia.

 

San Lorenzo con más energía que juego atrincheró a Racing en su propio campo. Una pelota en el travesaño, reiterados centros y tensión constante en el Cilindro fueron los aspectos que imperaron. Media Avellaneda termino sin uñas en los dedos, pero finalmente pudo festejar. Pizzi terminó abrazado con todos sus colaboradores, descargando toda la presión que contuvo las últimas semanas tras el cuestionamiento constante a el futbol de su plantel.

En la otra vereda estaba San Lorenzo, un equipo decepcionado, con todo servido para clasificar pero que se dio cuenta demasiado tarde que la victoria estaba a la vuelta de la esquina, y que finalmente ni siquiera abrió la puerta de su casa. Hubo consecuencias. Davobe presentó la renuncia y El Ciclón quedó afuera de todo: Copa Argentina, Copa Libertadores, Copa Sudamericana y Torneo Local.

 

 

En definitiva, horas de festejo en Racing, pero como bien afirmo Pizzi en conferencia, poco iba a ser el tiempo a disfrutar, porque el Martes 21:30 horas, en Perú, tiene duelo por Libertadores. La vorágine de partidos no para, pero Racing en el torneo domestico encontró luz donde parecía prácticamente no existir.