En la historia de cada club, existen personas que logran adentrarse en el corazón de cada hincha gracias a sus logros y enseñanzas. Carlos Bianchi y Osvaldo Zubeldía son claros ejemplos de ídolos.

Carlos Bianchi

El ex jugador e ídolo de Vélez Sársfield fue un estandarte en la historia de Boca Juniors, convirtiéndose en el técnico con más títulos ganados con la Azul y Oro como director técnico.

El “Virrey” tuvo dos pasos por el Xeneize, el primero fue entre 1998-2004, su época dorada, y su segundo ciclo fue en la temporada 2013-2014, la cual no logró rememorar lo conseguido en su primer mandato.

Con el conjunto de la Ribera, consiguió levantar tres Copas Libertadores (2000, 2001 y 2003), dos Copas Intercontinentales (2000 y 2003) y cuatro títulos locales (1998, 1999, 2000 y 2003). En su historia como director técnico, ganó una Copa Libertadores y una Copa Intercontinental con Vélez, lo que lo convierte en el máximo ganador del torneo continental, y el máximo entrenador sudamericano en ganar el título mundial.

Gracias a su manera de jugar y premios conseguidos, Carlos logró destacarse individualmente por su labor como DT, consiguiendo cuatro premios al Mejor Entrenador del Año en Sudamérica (1998, 2000, 2001 y 2003) y siendo reconocido por la IFFHS (Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol) en dos oportunidades como el Mejor Entrenador del Mundo (2000 y 2003).

Como DT en Brandsen 805, Bianchi disputó 354 partidos, recolectando 181 victorias, 99 empates y 74 derrotas, juntando un 60.45% de victorias conseguidas.   

Osvaldo Zubeldía

El “Zorro” fue ex jugador de Vélez, Boca Juniors, Atlanta y Banfield, pero su paso por Estudiantes como entrenador es por lo que siempre será recordado. Tras su paso como director técnico de la Selección Argentina, Osvaldo toma la decisión de convertirse en DT del Pincharrata. Con el equipo de La Plata disputó cinco temporadas desde 1966 hasta 1971.

En el Pincha consiguió 6 títulos, en los cuales consiguió tres Copas Libertadores (1968, 1969 y 1970), la única Copa Intercontinental del club (1968) ante Manchester United, una copa Interamericana (1969) y un Campeonato Metropolitano (1967).

Como entrenador de Estudiantes, dejó un legado imborrable en la historia del club, siendo una pieza clave para las futuras generaciones.

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