Ambos equipos salieron a proponer su idea táctica desde el minuto uno. Consecuentemente esto fue una ventaja que Racing supo aprovechar en la primera parte. La “T” fue un equipo desinflado, sin rumbo y emparchado debido a la enorme cantidad de bajas por lesión.

La verticalidad fue el componente principal de ambos equipos. A diferencia del partido pasado frente a San Lorenzo, esta vez el rival salió a jugarle de igual a igual a La Academia. Esto produjo que la defensa del equipo cordobés quede expuesta en diversas ocasiones.  

Hauche, Copetti y Oroz estuvieron siempre atentos al primer pase, dejándole vía libre a los centrales de Talleres para que intenten saltear líneas. La mitad de la cancha fue el lugar de recuperación primordial para Racing. Pedro Caixinha colocó a un único número cinco y el visitante le saco jugo a este planteo táctico.

Se jugo al pelotazo largo constantemente. La ventaja de Racing estuvo en tener a Copetti, un delantero experimentado en este tipo de situaciones. Talleres jugó con Valoyes de falso nueve, futbolista que su posición natural es la de extremo. En las áreas el equipo de Avellaneda fue más incisivo.

Las situaciones durante los primeros 45´ fueron de Racing. Un cabezazo de Hauche que terminó llegando sin fuerza al arco de Herrera; un remate de Oroz que desactivó nuevamente el arquero rival; y un tiro de Copetti frente al arco vacío que terminó por arriba del travesaño. Otra vez la ineficacia dijo presente en el plantel celeste y blanco.

Cuando los fantasmas del pasado comenzaron a sobrevolar el Mario Alberto Kempes, a los 36´, tras una jugada fantástica de Facundo Mura, La Academia se puso en ventaja. El lateral colocó un pase a la cabeza de Carlos Alcaraz que remató de cabeza sin problemas. Otra vez apareció sobre la mesa la importancia de tener internos con llegada al arco rival. Charly, como le llaman en el club, entró solo por detrás de Copetti, quien se llevó toda la marca. Arriba Racing en Córdoba.

De esta manera se cerró el primer tiempo. Un Talleres confuso, sin ideas y con la presión salir del fondo de la tabla de posiciones. Por el lado académico, el equipo se adaptó al posicionamiento del rival. No hubo tanto juego interno, sino más balone en profundidad. Pero estaba claro que era lo que el partido requería.

Nicolás Oroz volvió a ser titular en Racing. Foto: La Voz
Nicolás Oroz volvió a ser titular en Racing. Foto: La Voz

El fútbol, como tantas otras disciplinas, es un deporte anímico y esto fue el fiel reflejo del segundo tiempo. El local, con más fuerza que ideas, terminó complicando a un Racing que cayó en un loop que parece nunca acabar.

Ni el más pesimista hincha de La Academia hubiera imaginado el inicio de su equipo en el segundo tiempo. Es ya sabido que las segundas partes siempre han sido un palo en la rueda. Esta tarde noche no fue la excepción.

Apenas pasados tres minutos del pitazo de Echenique, Orban le cometió un infantil penal a Valoyes dentro del área académica. ¿Lo peor del caso? De la mano de Copetti el visitante tuvo una chance neta de gol en la primera jugada reanudado el encuentro. Lo pagó demasiado caro.

No hay ninguna duda que la decisión del penal fue acerada, y esta vez Arias no pudo salvar a su equipo como tantas otras veces. Todo estaba igualado en el Kempes.

Fue a partir del empate que el equipo de Fernando Gago se cayó anímicamente. Fue un lapso de diez minutos en el que Talleres pudo haberse llevado los tres puntos. Todo el trabajo fue al tacho de basura. Los ingresos de Piovi, Romero, Cardona y Miranda revitalizaron a Racing a poco tiempo del final. Pero el tren ya había pasado.

Poco a poco el visitante intentó volver al partido, pero todos en Avellaneda sabían que era demasiado tarde. La Academia se enfrentó al equipo con peor rendimiento en el semestre, a nivel local, y no pudo llevarse los tres puntos. Desde lo empírico debemos decir que fue empate 1-1. Pero realmente fue una derrota. Racing quedó prácticamente afuera del campeonato.

 

La película vivida con Agropecuario, River de Uruguay y Boca, entre otros cotejos, otra vez apareció en cartelera. El proyecto que parecía ilusionar a todos los hinchas académicos parece estar cada vez más alejado de su ilusionante arranque.