Las adyacencias del Cilindro comenzaron a llenarse lentamente. La gente ilusionada, como de costumbre, y expectante de lo que podía ser la última parada del tren para pelear el campeonato. ¿El contexto? Una tarde soleada de sábado en la que el Cilindro cumplía 72 años, y el mejor regalo era una victoria celeste y blanca. 

A diferencia de lo que usualmente le sucede a Racing, el primer tiempo frente a Argentinos fue una batalla táctica de los entrenadores. Ambos equipos habían estudiado al detalle el funcionamiento de rival. Esto consecuentemente derivo en pocas sorpresas en los arcos.

La Academia salió con su predisposición de siempre, pero se encontró ante una estructura defensiva que difícilmente podía ser superada. Lo consiguió en algunas ocasiones tras una sucesión larga de pases, pero la cuestión estaba complicada. Para defender, El Bicho se paró con un 4-4-2 fijo y compacto. Esos pases que rompen líneas eran los que requería el partido, aunque pocas veces llegaron.

Los dirigidos por Milito se concentraron en presionar a La Academia en el primer pase. Tanto Galván como Insúa tuvieron vía libre para salir desde abajo. El problema estuvo en la presión hacía Aníbal Moreno y los laterales. Las combinaciones entre extremos e internos también se vieron obstaculizadas.

A partir de este planteamiento, Argentinos también tuvo las suyas. Fue de menos a más, cerrando el primer tiempo con una posesión de la pelota mayor que la del local. Ávalos fijo a los centrales y a partir de esta premisa hubo diversos aproximamientos. Nada demasiado claro.

Los primeros 45’ estuvieron desprovistos de emociones debido a los planteos táctico de ambos clubes. Ninguno pudo romper la estructura defensiva rival. Lo cierto es que, si hay que recopilar, el visitante terminó mejor en el balance general: un remate de Ávalos por arriba del travesaño; mismo caso que Mac Allister, que cabeceó y tuvo su chance.

De los primeros tiempos más flojos de Racing en el campeonato. Por supuesto que es necesario remarcar que el rival tuvo mucho que ver en esto. ¿El Cilindro? Expectante a qué se rompa el cero.

Carlos Alcaraz con el balón. Foto: Racing Club.
Carlos Alcaraz con el balón. Foto: Racing Club.

El segundo tiempo comenzó más enérgico que el segundo, pero con un Argentinos que cada vez se acercó más al rendimiento que nos tiene acostumbrado. Racing se mantuvo en la senda del desconcierto.

Lejos del funcionamiento que su entrenador pregona, La Academia jugó decididamente mal. Inconexo y desesperado, estuvo siempre consciente de lo fundamental que era obtener los tres puntos, y esto claramente lo perjudicó, lo puso nervioso. Para esto entraron Vecchio y Gómez, para descomprimir y empezar a ganar juego en la mitad de la cancha.

La ineficacia de Argentinos de cara al arco rival le dio una vida más a los dirigidos por Gago. Ávalos, lejos de su mejor performance, desperdició otras dos chances claras, mientras que Cabrera también tuvo la propia. “Los goles que no se hacen en un arco, se meten en el otro” dice el dicho. Se cumpliría minutos más tarde.

El fútbol muchas veces es poco lógico, inexplicable. Lo cierto es que, a pesar de que el dominio de Argentinos no fue imperante durante los noventa minutos, hizo más méritos que Racing para llevarse los tres puntos. En el peor momento del local, un corner tiró al tacho de basura todas las premisas expresadas en esta crónica.

A los 86’ Jonathan Galván se elevó en el aire, como en sus épocas quemeras, y sacó un cabezazo potente al palo derecho de Lanzillota. La suerte estuvo del lado celeste y blanco. El balón tras pegar en el poste rebotó en la espalda del golero de La Paternal. Estalló el Cilindro. Racing se puso arriba 1-0 a falta de cinco para el final.

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Gabriel Milito fue el primero en saber que era demasiado tarde para una reacción. Yael Falcón Pérez pitó y los treinta mil hinchas suspiraron. Sabían que La Academia salió ileso de una para más que difícil. Paradójicamente los tres puntos llegaron tras un partido lejos de los estandartes que el Racing de Gago pregonó durante el primer semestre.

¿Por qué fueron más que tres puntos? Porque hace seis cotejos Racing no sumaba de a tres y porque el equipo necesitaba confianza luego de una caída en el rendimiento. En definitiva, sumar de a tres para seguir con ilusiones objetivas para pelar el campeonato y meterse en la Copa Libertadores del año que viene.

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