La mañana de nuestro país, no arrancó de buena manera, Argentina lo ganaba cómodo en su bautismo y todo parecía indicar que era un debut auspicioso en su primer encuentro de este Mundial, hasta que se quedó y Arabia Saudita se lo dio vuelta en un lapso de cinco minutos. Lionel Messi abría la cuenta mediante el punto penal tras un agarrón en el aérea a Leandro Paredes, en ese primer tiempo de los tres goles anulados por el VAR (dos a Lautaro Martínez y el restante de Messi), los asiáticos revirtieron la historia por medio de Saleh Al-Sheri y Salem Al Dawsari.

Una dura derrota que no estaba en los papeles del equipo conducido por Lionel Scaloni y se cortó el invicto de 36 partidos sin conocer la derrota (la última había sido ante Brasil por las semifinales de la Copa América 2019). Después de la caída en el medio del dolor, en la concentración del plantel Albiceleste allí en Doha se celebró el empate entre México contra Polonia, los últimos dos rivales que tendrá en el grupo del Mundial.

¿Por qué? este marcador es bien mirado de reojo por el conjunto dirigido por el nacido en Pujato, debido a que depende de sí mismo para sacar boleto a la próxima instancia y ninguno de estos dos adversarios tiene diferencia de gol a su favor.

En la anterior Copa del Mundo de Rusia, los ex dirigidos por Jorge Sampaoli sufrieron más de la cuenta y con cuatro puntos de nueve posibles se metió en el top de los dieciséis mejores de la competición. En este reciente caso, la ecuación es simple, si Argentina gana sus próximos dos compromisos no necesita ver como salen sus otros competidores y estará en un nuevo octavo de final, no llegaría con la soga al cuello como sucedió en territorio ruso.

Este sábado desde las 16:00 será el próximo cotejo del conjunto Nacional se enfrentará a México y el miércoles 30 a partir de la misma hora cerrará la fase de grupo midiéndose ante Polonia. Una buena noticia que llegó en las horas siguientes tras el bautismo con el pie izquierdo.