Una clásica final entre brasileños y argentinos. Practicamente, ninguno de los equipos pudo establecer ventaja sobre el contrario. Lanús fue más ordenado que su rival, propuso jugar con la pelota al ras del piso, crear y generar jugadas a partir de la movilidad y dinámica de sus jugadores. En cambio, Gremio nunca terminó de encontrarle la vuelta al planteo táctico de Jorge Almirón, muy decidido en saltear líneas defensivas con pelotazos largos.

Primer tiempo

  • El Granate fue un equipo más prolijo en todos los aspectos. Jugó sin apuros. Respetó su idea: salir por abajo, y siempre que puede la pelota al ras del piso. Movimiento constante. Propuso el ritmo de la primera parte: Iván Marcone y Román Martínez jugaron con mucha soltura y casi sin marcas alrededor, con la pausa debida siempre pudieron ubicar al compañero mejor ubicado.

  • Gremio fue un equipo muy impaciente, con pocas ideas y casi sin recursos para romper el bloque defensivo que planteó Lanús.
  • Luan, el enganche y generador de juego, tuvo que retroceder su posición y abrirse a las bandas para encontrar la pelota. Pierde para el partido de vuelta, por segunda amonestación, al argentino Walter Kanneman, uno de los pilares defensivos del equipo de Porto Alegre.


Segundo tiempo

  • Con la identidad de juego que moldeó Jorge Almirón, el Granate logró que Gremio jugará nervioso de local. Gran despliegue de Lautaro Acosta y Alejandro Silva. En esta ocasión, ambos más comprometidos con la faceta defensiva acompañando al carrilero hasta la linea de fondo propia. Perdió la movilidad del juego y no consiguió aguantar el bloque defensivo que había generado en la primera mitad.


El conjunto brasileño salió del entretiempo mucho más activo. Aprovechó un pelotazo para saltear la defensa de Lanús y convertir el único gol del partido. El equipo nunca pudo encontrar a Luan para jugar por el piso y crear alguna situación limpia de gol. Nunca contrarrestó la movilidad que propuso el equipo argentino. Gremio muy estático dentro de la cancha.

Lanús disputará la vuelta de la final de local en la Fortaleza con resultado adverso. Sin embargo, con este mismo estilo de juego dejó demostrado que puede superar sin muchos inconvenientes a un Gremio demasiado estático. Un partido trabado e intenso que se vio marcado por los errores de la terna arbitral dirigida por el chileno Julio Bascuñán.

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Sobre el autor
Santiago Ferrer
Estudiante de Periodismo Deportivo en Deportea