Otorino Sartor, Eleazar Soria, Héctor Chumpitaz, Julio Meléndez y Rubén Diaz; Alfredo Quesada, Santiago Ojeda, Juan Carlos Oblitas; Percy Rojas, Hugo Sotil y Teófilo Cubillas, este fue el once que salió en Caracas, porque no había sede fija en la Copa América en esta edición, para lograr el segundo título de la Selección Peruana.

Eran otros tiempos y Perú gozaba de una selección, si no es la mejor de su historia, que jugaba al toque y le gustaba tener la posición del balón, algo así como si se quiere el Barcelona de los últimos tiempos. Un 28 de octubre de 1975 Perú gritó campeón de América. Fue un triunfo que conmovió al país como ningún otro acontecimiento deportivo: el Cholo Sotil se escapó de Barcelona para jugar esa final y marcar el gol, el Presidente de la República general Francisco Morales Bermúdez recibió al plantel en Palacio de Gobierno y se quebró, las caravanas en calles duraron toda la madrugada, los goles de Casaretto, Cubillas y Oblitas se contaban cientos de veces.

Pero existió otro antecedente, su primer Copa América o Campeonato Sudamericana como se la conocía en aquel entonces, la obtuvo en 1939. Eran otros tiempos, se jugaba cada dos años, Perú lograría ganar todos sus partidos y de esta manera se consolidaría campeón del torneo. Teodoro Fernández fue considerado el mejor jugador del campeonato y además fue el máximo goleador con 7 dianas seguido por su compatriota Jorge Alcalde con 5.

Perú vivió años de gloria que con el correr del tiempo solo quedó como algo efímero que no se pudo sostener conforme pasaron los años. Hoy la historia es otra, ya no tiene el juego predilecto de Cueto, Cubillas y Velásquez que en algún momento fue considerado como el mejor medio campo del mundo, ahora Perú buscara en la centésima edición de la Copa América su tercer título con un seleccionado muy joven en la que Ricardo Gareca, director técnico, buscara caras nuevas para las eliminatorias rumbo al mundial Rusia 2018.