En Victoria, el local Tigre recibía a Quilmes con la esperanza de recuperarse tras la caída ante Argentinos Juniors y extender la buena racha como local, luego de haber vencido a Racing en esa condición hace dos fechas. El equipo de Vivas, por su parte, venía de ganarle un emotivo encuentro a San Lorenzo y llegaba al Norte del Gran Buenos Aires con la intención de conseguir sus primeras unidades como visitante.

Lejos de mostrarse cerrado, el encuentro amagó con empezar con todo. Antes del minuto, Quilmes tuvo su primera gran aproximación con un desborde de Jonathan Zacaría que no pudo empujar Fernando Telechea debajo del arco. En la réplica, pudo haber convertido Tigre, pero Peratta respondió bien y evitó lo que podría haber sido el primer gol de la noche.

Quilmes mostró sus intenciones desde el comienzo. Con el típico 4-2-3-1, intentó dominar la pelota a través de Leandro Benítez y Miguel Caneo, y pudo ser punzante por afuera con las escaladas deTelechea y Zacaría. Boghossian, como ya es costumbre, resultó el faro en la ofensiva y complicó a toda la defensa del Matador con sus movimientos de pivote.

Tigre, por su parte, intentó dominar con un marcado 4-4-2 aunque la poca profundidad de sus volantes externos terminó complicándole la vida. Para colmo, si bien Sergio Araujo se mostró muy activo, le faltó compañía de José Sand, quien se devoró un gol increíble tras una mala salida desde el fondo por parte de la visita.

El tanto del Cervecero llegó cuando se esfumaba la primera mitad. Una mala salida desde el fondo le permitió a Fernando Telechea filtrar una habilitación para Boghossian, quien recibió incomodo pero pese a ello, definió exquisitamente ante la salida de Javier García, de emboquillada. La pelota dio de lleno en el travesaño y volvió hacia el centro del área, donde Jonathan Zacaría la interceptó con un cabezazo que tenía destino de red pero que se topó con la mano de Facundo Sánchez. Cuando todo indicaba que Pittana iba a cobrar penal, la pelota rebotó en Norberto Paparatto y se metió lentamente en el arco, pese al esfuerzo de García.

Durante todo el segundo tiempo, Tigre tuvo la intención de conseguir el empate, sin embargo, la poca generación de juego, atentó contra sus intenciones. Sin embargo, contó con alguna que otra chance de gol que no pudo ser aprovechada debido a la mala puntería de sus delanteros.  Quilmes, por su parte, supo defender el resultado y apostó todo a un contragolpe, que nunca llegó, para liquidar el encuentro.

Con el pitazo final de Néstor Pittana, la gente de Tigre descargó su bronca con los jugadores y los despidió entre silbidos, haciendo sentir la impotencia por los pocos buenos resultados del elenco de Victoria. Quilmes, en cambio, se fue feliz y con la ilusión de prenderse en la lucha grande, tal como adelantó su DT la semana pasada, luego de vencer a San Lorenzo.