Se aproximaba una nueva fecha y la ilusión crecía en el barrio de La Paternal. Los optimistas que veían los últimos dos empates como un pequeño invicto, un posible punto de partida para despegar y salir del infierno esperaban el partido contra Vélez, el clásico en este torneo, con esperanza. Una confianza basada no tanto en los resultados sino que en el cambio de actitud y mejora futbolística que los dirigidos por Raúl Sanzotti habían demostrado frente a Newell’s y Racing.

A pesar de todo, el encuentro disputado en el José Amalfitani no cumplió con las expectativas. El primer tiempo comenzó con Argentinos mejor parado en la mitad de cancha y dominando, levemente, al Fortín que todavía no había entrado en partido. En los primeros minutos, el conjunto local no lograba retener el balón y abusaba de los pelotazos.

Sin embargo, cerca del primer cuarto de hora, Hernan Toledo aprovechó una de esas pelotas largas, pudo zafar de su marca y envió un centro perfecto a la cabeza de Fabricio Alvarenga, quien no conectó del todo bien el balón y se fue por arriba del travesaño la ocasión de gol más clara del primer tiempo.

El primer tiempo transcurrió y terminó casi sin emociones pero con mucha fricción en un partido que comenzaba a calentarse. De hecho, Brian Romero debió ser expulsado luego de una violento planchazo sobre Damián Pérez sin pelota y fuera de la cancha. Vélez pudo acomodarse y posicionarse más adelante en el campo de juego, intentando utilizar la velocidad de Toledo, quien no desequilibró lo suficiente ante la doble marca de Miguel Torrén y Joaquín Laso.

En sus primeros minutos, la segunda mitad empezaba a demostrar que no se iba a modificar demasiado el nivel del partido. Las reiteradas faltas tomaron protagonismo en un fútbol sin llegadas claras, con mucho roce, en el que ni Cristian Ledesma ni Leandro Desábato podían ser precisos. Debido al bajo nivel de juego, ambos entrenadores metieron mano en sus equipos. En local ingresó Agustín Doffo por Alvarenga, y en el visitante Facundo Barboza y Lucas Rodríguez  fueron sustituidos por Luciano Cabral y Federico Insúa.

Sobre el final del encuentro llegaron las emociones. La Paternal se lamentó que Insúa no pudiera conectar su fuerte volea desde el borde del área con la red y que pasara a escasos centímetros. En contraposición, el conjunto de Liniers sí tuvo motivos para festejar. A los 90 minutos de juego, Santiago Stelcaldo envió un excelente centro desde el córner para que Lautaro Gianetti pueda cambiarle la trayectoria al balón con su cabeza, enviarlo al fondo de la red y gritar el gol agónico del triunfo.

Argentinos se volvió de Liniers con una nueva derrota que podría llegar a condenarlo si Temperley y Sarmiento, rivales en la lucha por el descenso, logran ganar y así alejarse del Bicho a cinco y siete puntos respectivamente.