En un partido que generaba muchas expectativas, por cómo iba a responder Boca ante muchas bajas en su plantel debido a lesiones y por otra parte como iba a salir jugando Arsenal tratando de buscar un resultado positivo.

Un primer tiempo parejo donde Boca no sin su medio campo titular y estrenando centro delantero, salió en la búsqueda de los tres puntos, ante un Arsenal que desde un principio hizo una buena tarea en la primera parte.

Hasta que al minuto 34 de juego, un centro desde la derecha, terminó con el pibe Guido Vadalá poniendo el 1-0, que con muy poco ya ganaba y con un Arsenal que no podía dar una repuesta clara para poder generar juego.

Arsenal no generaba situaciones de peligro, pero aún así era molesta, ordenado, que no dejaba jugar tranquilo a los volantes ni a los delanteros.

En el complemento, el transcurso fue muy distinto, porque el equipo que dirige Guillermo Barros Schellotto salió a jugar más tranquilo sabiendo que estaban en ventaja en el marcador. Mientras que el equipo que comanda Humberto Grondona salió con más ganas y actitud que con ideas para generar peligro.

A los 25 minutos, Leonardo Rolón entró por la banda derecha y disparó al arco, pero el remate se fue rozando el palo izquierdo de Agustín Rossi que solo miró y no podía hacer nada. El conjunto de Sarandí de a poco se fue acomodando en la cancha y empezó a hacer circular el balón mejor que el local.

Pero a los 37 minutos, Germán Ferreyra, que había ingresado por David Drocco a los 15 minutos, recibió la tarjeta roja por cometer una falta grave sobre Frank Fabra que quedó tirado en el suelo.

Desde ese momento, al Arse se le cerraron las puertas de esperanzas para dar vuelta el marcador, ya que estaba jugando mejor que el Xeneize. Hasta que al minuto 46 de juego, un contra ataque de Boca, le quedó el balón del borde del área grande y con la pierna izquierda la clavó en el ángulo derecho de Pablo Santillo que solo pudo mirar como ingresaba.

Fue un partido chivo, trabado donde Boca no estuvo cómodo y Arsenal tampoco, pero aun así era levemente superior y tras una irresponsabilidad de su volante, se quedó con uno menos y las pocas posibilidades que tenía, se terminó de derrumbar.