No fue lo que se esperaba este Torneo de Transición para Banfield. Ni el equipo, ni los resultados, ni el técnico estuvieron a la altura de las circunstancias. Particular es el párrafo sobre el entrenador: sin dudas, había muchas expectativas en Claudio Vivas, porque desde que agarró como interino luego de la salida de Almeyda, demostró que su mentalidad puesta en promover juveniles coincidía con la de la dirigencia.

Foto: Archivo web
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Es cierto, los resultados en este Torneo no lo acompañaron, pero vamos un poco más para atrás. Vivas comenzó su interinato en agosto del año pasado, con fecha de vencimiento explicita ("Será un interinato hasta que decidamos el entrenador definitivo, que no va a ser él", concluía en ese entonces el presidente Spinosa). La clasificación del equipo a la Copa Sudamericana, los 50 puntos en ese torneo y la promoción de chicos que hoy son titulares indiscutidos, obligaron a un cambio de opinión por parte de la dirigencia, y el contrato se extendió. Aunque nunca sintió el apoyo de ser entrenador definitivo de Banfield.

El mayor ejemplo estuvo en el comunicado que realizó el club, antes de jugar la octava fecha frente a River, donde remarcaron que "luego de ese encuentro Vivas concluirá su interinato". Hombre de records, Vivas, que debe ser el técnico interino más largo de la historia del fútbol argentino, siete meses. El llanto frente a los medios, una vez terminado el partido, le dio un valor emotivo a la salida del ex ayudante de Bielsa, que se metió en los corazones banfileños a partir de ese momento.

El lugar vacío tuvo varios candidatos, pero uno se destacó por sobre el resto desde un principio. Por su pasado. Por su conexión. Por su afinidad. Por sus logros. Porque Julio César Falcioni conoce bien al enfermo, y todo el pueblo del Taladro confía en que tenga la cura.

La realidad está a la vista: es una enfermedad crónica, con grandes expectativas a futuro. Futuro que ya es presente en este equipo: Arboleda, Soto, Jorge Rodríguez, Sporle, Bettini, Cecchini, Remedi, Thomas Rodríguez, Colella, Trinidad, Villagra. Todos de las inferiores, necesitados de un Emperador que los encamine.

No fue este el Torneo, no hay dudas. Solamente dos victorias (una con cada entrenador), pocos goles a favor, poco peso ofensivo, falta de rotación y cambio de posiciones entre los jugadores, ausencia de pases al pie o cambios de frente. En un general, Falcioni no pudo llevar a cabo su idea, más defensiva y táctica que vertical y técnica. 

Pero el campeón del 2009 no tiene dudas que el si había un momento para acomodar la estantería, es ahora, en este torneo de Transición. Justamente, la verdad llegará cuando comience el próximo campeonato, a sabiendas que el histórico rival, último campeón, se luce en todas las canchas. Un dato más para que Falcioni reparta su experiencia entre los más grandes (Navarro, Matheu, Erviti, Silva) y los más jóvenes. El futuro ya llegó a Banfield. Es momento que se haga presente.