Se hace difícil pensar en qué jugador de Boca Juniors realizó una buena labor en el encuentro ante Huracán. El equipo disputó un partido pésimo, sin encontrar su juego, y en este momento no depende de sí mismo para salir campeón.

Darío Benedetto marcó el gol con el que el Xeneize se puso al frente, al minuto 30 del segundo tiempo. El centro delantero fue lo mejor de un pobre Boca, quien hizo el gol en un momento clave, pero no mucho más que eso. Pareciera que si Benedetto no está iluminado, el equipo no puede marcar goles.

Fernando Tobio y Lisandro Magallán, dupla de centrales del conjunto en esta fecha, no se desempeñaron del todo mal. No tuvieron muchas complicaciones ni yerros, además de no tener la culpa en el gol de Huracán, al minuto 51 del segundo tiempo. Lo rescatable de los marcadores centrales es que con pocas participaciones en el torneo, supieron defenderse dentro de la cancha, aunque tampoco se lucieron. 

No fue mucho más que eso el partido de Boca, que deja mucho para desear, y llega al final del campeonato en decadencia. Para colmo, le cobraron un penal inexistente en la última jugada del partido, luego de que Agustín Rossi, en criterio del árbitro, embistiera de Daniel Montenegro. Una jugada antes, Fernando Zuqui hizo una falta digna de un chico de 10 años, regalando un tiro libre al conjunto local en la última pelota del encuentro.

Lo cierto es que el conjunto de La Ribera parece sufrir de pánico escénico en este tipo de partidos, y si no cambia su actitud y su juego, se le va a hacer muy difícil hacerse con un título que hasta hace algunas fechas parecía casi liquidado.