Está de más decir que este deporte es impredecible, que en un partido de fútbol puede pasar cualquier cosa y, por ende, está de más presuponer el resultado de un encuentro. Pero, en este caso, lo que sí podemos suponer es que este domingo en la Bombonera habrán goles. ¿Cual es el indicio? Se enfrentan dos de los mejores delanteros del fútbol argentino. 

De un lado el presente, el buen momento colectivo y personal y la confianza generada por la imparable racha goleadora de Darío Benedetto. Apuntando hacia el otro arco estará la experiencia, la trayectoria y el liderazgo de Lisandro López, quien llega con ganas de revertir un mal presente.

Si nos guiamos por las estadísticas recientes, las diferencias son abismales a favor del 9 de Boca. En lo que va de la Superliga, ha conseguido un promedio de un gol por partido (8 partidos, 8 goles), consolidando la racha goleadora que lo destacó el campeonato pasado, en el que el Xeneize consiguió el título y él fue máximo goleador con 21 goles. De esta manera, llamó la atención de Jorge Sampaoli, quien ha tenido en cuenta al Pipa Benedetto en las últimas tres convocatorias de la Selección Argentina. A esto se le suma el gran momento de su equipo, puntero con puntaje ideal y con una idea de juego consolidada que le queda muy cómoda al centrodelantero.

Del otro lado la situación es contraria, un equipo que no encuentra el funcionamiento deseado, y quien más lo sufre, como siempre, es el 9. El equipo no logra jugar para su goleador, los resultados son adversos y, como si esto fuera poco, el plantel se encuentra envuelto en una polémica por supuestos desacuerdos con el entrenador. En lo que va de la temporada, el ex Lyon ha cosechado únicamente 1 gol en 7 partidos de Superliga, 1 gol en 2 partidos de Copa Argentina, y sufrió la eliminación de la Copa Sudamericana en cuartos de final, sin haber marcado ningún gol. Este es el contexto que Licha López quiere revertir, las luces apuntan a él y qué mejor escenario que la Bombonera para comenzar a dar vuelta la página.