El año 2016 de Estudiantes de La Plata no pintaba para ser muy distinto a varios que ya ha vivido a lo largo de su historia, teniendo que disputar solamente el Torneo de Primera División y sin tener la exigencia de salir campeón, aunque siempre el deseo de una institución grande como ésta es, por lo menos, ser protagonista.

El panorama previo era poco imaginable, ya que el Pincha tenía como nuevo director técnico a Nelson Vivas, que hasta fines del 2015 se hacía cargo de la Reserva porque hasta ese entonces el entrenador de la primera era Gabriel Milito. Cuando finalizó la temporada del pasado año, la dirigencia Pincha decidió prescindir de los servicios del Mariscal y rápidamente, Verón le comunicó a Vivas que el deseo de todos los directivos era que subiera al primer equipo y el DT aceptó tomar ese desafío con mucha humildad, y a la vez, apoyado en la confianza de la institución por el buen trabajo que había realizado en la reserva.

A partir de la llegada del nuevo entrenador, el León se tenía que empezar a armar para intentar hacer un buen papel en el campeonato local y hubo un importante recambio en todas las líneas del equipo. En total se fueron 14 jugadores, pero el club no se quedó dormido y salió a buscar refuerzos, incorporando a dos jugadores por línea: Facundo Sánchez y Leandro González Pirez en defensa, Augusto Solari y Juan Ignacio Cavallaro en el mediocampo, y los delanteros Lucas Viatri y Gonzalo Bueno, destacando también que Mariano Andújar se convirtió en el arquero titular tras la salida de Hilario Navarro. Con esa especie de recambio, también llegaron las caras nuevas provenientes de las inferiores albirrojas, con la aparición de Santiago Ascacibar, Daniel Sappa y Facundo Quintana, entre otros.

Así se conformó el plantel para disputar el Torneo de Primera División, buscando tener una buena performance, pensando también en crear una base para la segunda mitad de 2016 que será más cargada, con campeonato local y Copa Sudamericana. Y como suele pasar en todas las pretemporadas veraniegas, se jugaron los torneos de preparación y el Pincha demostró un gran nivel allí, por lo que inevitablemente subieron las expectativas para la competencia oficial y hasta ilusionarse con volver a sumar una estrella.

El comienzo del torneo era donde se iba a ver realmente para que estaba Estudiantes de La Plata, con un equipo muy distinto al que había finalizado un aceptable Torneo 2015 y con la buena expectativa que se había generado en los torneos de verano. El Pincha se ubicaba en la zona 2 de este particular campeonato, donde sus principales rivales eran Boca, Racing y Lanús, aunque también tenía en cuenta, los dos clásicos frente a Gimnasia en los cruces de zona.

El balance del Pincha a lo largo del Torneo de Primera División fue muy positivo, porque a pesar de haber dejado algunos puntos a lo largo de las 16 fechas, lo más importante fue que el equipo se mostró protagonista en todas las canchas y por supuesto, cuando lo hacía de local. Mirando la tabla de posiciones, los conducidos por Nelson Vivas siempre se mantuvieron en los puestos de arriba, finalizando en la segunda posición de su zona y ganando el “tercer puesto”, que yo metió directamente en la próxima Copa Libertadores de América.

Vale destacar que el Pincha fue uno de los mejores equipos del campeonato, pero que se vio un poco opacado por el gran nivel que mostró Lanús, que finalizó como puntero de la zona y campeón tras ganarle la final a San Lorenzo. Teniendo en cuenta que el Granate se hizo inalcanzable, Estudiantes se propuso como objetivo alcanzar la segunda posición para ir en busca de un pasaje directo a la Libertadores 2017 y como lo consiguió, está más que claro que fue una campaña positiva.