15 de Agosto del 2015. Nueva Chicago corta su racha sin victorias al ganarle a Huracán por 3 a 0. Néstor Apuzzo no encuentra respuestas en el equipo y por eso debe dar un paso al costado: se va el técnico más ganador de la historia del club.

El descenso era un peligro real que nuevamente amenzaba a la institución de Parque Patricios. Por ese entonces se mencionaron muchos apellidos, pero Nadur y la Comisión Directiva sabían que el reemplazante del 'Cabezón' estaba dentro del club.

Luego de meditarlo unos días, Eduardo Domínguez anticipó su retiro y asumió como el nuevo entrenador de un plantel al que capitaneaba. Envuelto en rumores de traición, el central se hizo cargo y agarró un fierro caliente.

Sus principales cualidades como técnico se asemejan a su carrera como jugador: la seriedad, el profesionalismo y el trabajo como premisas. Con esa base, sumado al conocimiento que tenía del plantel, Domínguez tomó un par de decisiones que le cambiaron la cara al equipo.

Mancinelli ocupó su lugar en la zaga y formó un frontón junto con Nervo. Bogado se cerró para formar el doble cinco con Vismara y el Rolfi Montenegro ganó protagonismo cuando antes se quedaba afuera del banco.

Desde la solidez del fondo, el ex capitán le dió una identidad al juego del equipo y los resultados lo acompañaron: Huracán se salvó del descenso, y simultáneamente avanzó en la Copa Sudamericana hasta llegar a la final. 

Dominguez en el Ducó.
Dominguez en el Ducó.  (Foto: Canchallena)                                                                                                                                  

La lotería de los penales junto con la buena actuación de Robinson Zapata, arquero de Independiente de Santa Fe, le impidieron a Domínguez convertirse en el entrenador en ganar un título internacional con menos tiempo en su nueva profesión.

El suegro de Carlos Bianchi demostró adaptarse a las distintas circunstancias que se le presenten para armar un equipo, pero su esquema preferido es el 4-2-2-2: la formación que más utilizó en Huracán.

Si Eduardo logra mantenerse en este nivel, está claro que su carrera de técnico tiene una gran proyección. Por lo pronto, dejó de ser una sorpresa y el resto de los managers saben que para vencer al Globo, primero hay que superar al entrenador.