No nacieron en el club, pero rápidamente ambos adquirieron el ADN de su actual camiseta. Firmes, seguros y muy queridos por sus hinchadas: Federico Mancinelli y Matías Caruzzo lideran las dos defensas que se enfrentarán en un nuevo clásico entre Huracán y San Lorenzo.

El Pelado debutó en 1998 en Tiro Federal, y recorrió varios clubes de su Bahía Blanca natal antes de partir al fútbol mexicano (CF Mérida y Neza FC). Retornó a Olimpo, antes de recalar en Huracán, donde encontró su lugar en el mundo.

En aquel 2012, el Globo se armaba para conseguir el ascenso. Uno de los refuerzos era un bahiense poco conocido: nadie imaginaba que cuatro temporadas después, el central de 33 años sería el capitán quemero en un partido de Copa Libertadores.

Manci es uno de los más ovacionados cuando la voz del estadio nombra las formaciones en el Ducó: con su sacrificio partido a partido y sus goles en partidos claves, tiene bien ganado ese aplauso.

En el eterno rival, también hay un defensor que pasó por varios clubes antes de llegar al Ciclón. Matías Caruzzo arribó con la difícil tarea de reemplazar a Gentiletti, un central que ganó la Libertadores bajo el mando del Patón Bauza. Curiosamente, el ingresante y el saliente compartieron zaga en Argentinos Juniors, donde consiguieron un torneo local.

En pocos partidos, el surgido en Argentinos Juniors se asentó y se ganó el cariño de todos los hinchas de San LorenzoCaruzzo demostró lo que se intuía de él en sus inicios: es uno de los mejores centrales del fútbol argentino. Al igual que Mancinelli, también dijo presente en goles claves: por ejemplo, el torneo pasado le marcó al Globito en el Bajo Flores.

Sin embargo, hay algo que los diferencia. Caru ya tenía su lugar en el mundo antes de llegar al Cuervo: ese rincón queda en La Paternal.