Se terminó lo que se daba. Que sí, que no; que viene De Felippe, que se va a Vélez; que es un rumor, que está definido. Fin de la historia.
La información volaba con la misma velocidad que cambiaba, dependiendo en qué medio nos informáramos. Por eso, ayer en Vavel decidimos llamarnos a silencio: desde el lado dirigencial nos daban una información, que los allegados al cuerpo técnico negaban.
Elegimos esperar: Domínguez había anunciado que hoy por la mañana daría una conferencia de prensa para sacar todo tipo de dudas. Y fue lo que ocurrió.
El panorama se enclareció a eso de las 10:30 hs. Media hora después de haber llegado a La Quemita para entrenar, los jugadores abandonaban el complejo sin siquiera haber precalentado. Extraño, pero anticipaba el final.
Al rato, Eduardo Domínguez comunicó lo que previamente le había dicho al plantel en el vestuario: "Dejo de ser el técnico de Huracán". ¿Sorpresa? Para muchos, sí. Sobre todo la dirigencia: nadie lo esperaba, aunque eran conscientes del desgaste.
El ahora ex entrenador venía acumulando destratos del mundo quemero, y explotó. Los resultados tampoco lo están acompañando, y auque él no los mencione como una de las causas de su renuncia, está claro que si hubiese ganado todos los partidos este no sería el panorama.
"A veces es difícil explicar los motivos si no se está en el día a día, son historias largas para contar. Hay situaciones que no dan para más y yo no comparto" explicó Domínguez. Y agregó: "Soy un agradecido al club y no me quiero ir diciendo cosas malas. Huracán me dio todo, como yo también me brindé por Huracán".
Lo intentaron convencer (con el presidente Nadur a la cabeza), pero no hay marcha atrás. Los ciclos se cumplen, y los caminos se separan. El barbudo mariscal seguirá su carrera como entrenador lejos de Patricios. ¿Y ahora, Globo?
De Felippe, con quien la dirigencia quemera se había juntado, tiene todo arreglado con Vélez, donde se decía que era el próximo destino de Dominguez. ¿Sava, del gusto de Nadur, o Zubeldía? La danza de nombres ya empezó.