El arco del Globo es el mejor ejemplo posible para reflejar el año que transcurrió Huracán. Ahí estuvo, en gran parte, la levantada del segundo semestre. Y también fue ese lugar de la cancha, el responsable de muchos puntos perdidos en la primera mitad. 


Marcos Díaz

Duro inicio...

El ídolo quemero vivió un 2017 lleno de irregularidades, y eso se reflejó en el nivel del equipo. Quizás por falta de confianza o por desmotivación, lo cierto es que el santafesino tuvo una primera parte de año totalmente olvidable.

Con más errores que grandes atajadas, en ese primer semestre hubo partidos que Huracán se complicó por su arquero. Y lo lamentó, sobre todo cuando tuvo que sufrir hasta el último segundo del partido ante Belgrano para zafar del descenso.

El parate de mitad de año encontró a Marcos Díaz pidiendo “un cambio de aires”, producto de un “ciclo cumplido”. No obstante, las ofertas pretendidas no aparecieron y el 1 debió quedarse.


Ave fénix

No estuvo en ninguno de los dos duelos ante Libertad por Sudamericana y Huracán sufrió (mucho) su ausencia. Ese fue uno de los motivos por los cuales su relación con los hinchas pendía de un hilo. Claro, sus dichos dolieron en la parcialidad quemera.

A pesar de ser criticado, Alfaro pidió en todo momento por la continuidad de su arquero: lo esperó hasta el final y le dio el arco, bajando la posibilidad de que Campestrini llegara al club.

A partir de ahí, Marcos Díaz revivió. El santafecino volvió a ser el King Kong de la Quema con dos o tres intervenciones importantes por partido.

Gracias a Díaz, el Globo ostenta ser la cuarta valla menos vencida de la Superliga. Detalle no menor a la hora de explicar la gran cantidad de puntos acumulados por la entidad de Parque Patricios.

¡Buen 2018, Marcos!