En el día de ayer, luego de finalizar 1 a 1 el partido de Independiente Rivadavia y Boca Unidos de Corrientes, Martín Astudillo dejó de ser el técnico de La Lepra. Quedó en el recuerdo aquél debut en el torneo pasado frente a Talleres de Córdoba (por entonces puntero), en el que el Azul empataba en cero frente al elenco cordobés.

Independiente Rivadavia se encontraba en un pozo económico, emocional y estadístico, ya que se estaba por ir al descenso. Ahí fue cuando “El Pulpo” (quien estaba en las divisiones inferiores del club), con una idea totalmente renovada y despertando a tiempo, salvó al conjunto del parque y le dio otra oportunidad en la segunda categoría más importante del país.

La nueva dirigencia, comandada por Agustín Vila, como muestra de gratitud y admiración por lo conseguido, convenció a Martín y a sus ayudantes, entre ellos Sergio Aldunate, que siguieran en la dirección técnica. Con un presupuesto austero y seleccionando refuerzos de manera minuciosa, el ex Deportivo Alavés empezó este campeonato.

Al hablar de la primera rueda, es importante destacar que el equipo de Martín Astudillo logró instaurar en el equipo un espíritu de grandeza digno de admirar. Hablando de admirar, un reconocido diario de firma española, como Marca, no lograba comprender como se puede estar puntero y en descenso directo al mismo tiempo. En la fecha 13, La Lepra se miraba la tabla desde arriba con 20 puntos y a la vez, en la zona roja que a nadie le gusta estar.

Lamentablemente la segunda rueda vio a un Independiente sofocado y sin ideas nuevas. Los rivales ya conocían la idea de juego del Azul, sabían sus virtudes y debilidades. La Lepra no ganó ningún partido desde el comienzo de esta parte del torneo, con un saldo de 7 empates y 1 derrota. Cabe destacar que el equipo comandado por Astudillo, nunca logró salir del descenso en 28 partidos jugados y 38 unidades. Su alejamiento se debió gran parte a esto.

Tratando de ignorar un poco el tema del descenso, promediando todo el ciclo, el ex entrenador argentino-italiano logró darle una identidad a su equipo e hizo una gran campaña, como no se tenía hace tiempo. Las pasadas gestiones tanto dirigenciales como técnicas en la Institución del Parque dejaron al club en un abismo estadístico, como mencioné anteriormente. Se le exigió a un técnico debutante hacer una campaña de ascenso, para salvarse del descenso. Qué paradoja.

Martín Astudillo dirigió 34 partidos al Azul (ganó 10, empató 17 y cayó en 7 ocasiones) cosechando 47 puntos. 

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