Mucha amplitud y ataque por los costados fue lo que buscó Holan con el 4-4-2 inicial. Por derecha, Fabricio Bustos y Emiliano Rigoni. En izquierda, Nicolás Tagliafico y uno de los debutantes, Gastón Togni. En el área esperaban dos referencias como Lucas Albertengo y Emanuel Gigliotti. Mientras Diego Rodríguez se metía entre Nicolás Figal y Alan Franco -el otro que hizo su debut- para ayudar a sacar la pelota limpia, Walter Erviti merodeaba el círculo central con la misión de direccionar los ataques y unir al equipo, pero no pudo. El repliegue bajo de San Martín de San Juan hacía que la pelota sólo sea propiedad de los centrales. El ex Banfield estaba asfixiado entre los rivales y no podía recibir. El partido, por ese entonces, fue de un nivel muy bajo. Con un equipo sin ideas y otro de escasa ambición.

No tardó demasiado Independiente en activar su Plan B. Sin ruborizarse, los centrales comenzaron a mandar envíos largos hacia los puntos. Cuando la defensa visitante despejaba, el equipo ya estaba bien parado para recibir la segunda jugada, y Erviti, más adelantado, logró hacer jugar al equipo, aunque fuera por unos minutos escasos. Del zurdo experimentado habrá que usar sin abusar. Sería ilógico que la lleve de área a área; eso parecía esperar Independiente en el primer tiempo, con un equipo partido.

En el segundo tiempo Holan interpretó que de los dos delanteros de área, sobraba uno y faltaba un mediocampista. Necesitaba agilizar a un ataque previsible. Ingresó el diestro Martín Benítez por el zurdo Gastón Togni para hilvanar más juego interior, pero fue una vez más Ezequiel Barco quien le imprimió velocidad y desparpajo a un juego adormecido. Con más receptores fue más fácil superar la primera línea de presión sanjuanina. Independiente pasó del 4-4-2 a un 4-1-4-1. Sólo en la mitad de la cancha, Diego "Torito" Rodríguez jugó un gran complemento, bien parado y con muchos quites importantes que permitían volver a atacar rápido. Con Barco en cancha, Erviti ganó un socio y se desligó de toda la responsabilidad en el circuito ofensivo. Quien estuvo cerca de sacarle provecho a esa sociedad fue Gigliotti, que con un zurdazo reventó el palo. Fue la primera de muchas situaciones para Independiente.

Las más claras estuvieron sobre el final: Rigoni en dos oportunidades, Gigliotti en una chilena fallida, Benítez con otro tiro al palo y el capitán Tagliafico en la última del partido, con un cabezazo que obligó una gran respuesta de Luis Ardente. El equipo se retiró del campo de juego con bronca y algunos aplausos del hincha por haber merecido mejor suerte. La falta de ideas en el primer tiempo y la poca eficacia en el segundo pueden considerarse una continuidad de lo que fue la etapa de Gabriel Milito; Holan recién arranca y aún tiene mucho por trabajar, sobre todo en ataque. La defensa tuvo puntos altos, aunque San Martín de San Juan tampoco intentó demasiado. El entrenador deberá tomar las cosas positivas del segundo tiempo y potenciarlas; tendrá tiempo, ya que la próxima fecha será postergada.

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