En una nueva edición del clásico rosarino, Newell's perdió por 3-1 contra Rosario Central y las miradas, al menos por el lado futbolístico, están puestas sobre una floja defensa que se durmió en tres ocasiones letales para el desarrollo del encuentro.

La última derrota de Newell's como local en el clásico rosarino fue en el 2015, cuando cayó 1-0 con gol de Ruben, goleador también en esta tarde.

La Lepra propuso desde el primer instante un juego agresivo e intenso, aprovechando el fervor y el empuje de su hinchada. Y por un momento, pareció que se iba a llevar puesto a Central por el volumen ofensivo. De hecho, en el primer minuto de juego, Mauro Formica tuvo la primera chance de gol tras una arremetida por izquierda, pero su remate fue desviado por Diego Rodríguez y Joel Amoroso no pudo hacerse con el rebote.

Tal vez este desenfreno le jugó en contra al local, ya que en el momento de parar el juego y pensar, las ideas no se concretaban y los jugadores no se encontraban. En una de las salidas en mitad de cancha, Facundo Quignón perdió la pelota ante una doble marca, que posteriormente terminó en gol Canalla

La derrota deja a Newell's a cuatro puntos de Boca, líder del campeonato con 49 puntos. Ambos se cruzarán la próxima fecha en la Bombonera, en lo que será una final para los rosarinos en la lucha por el título.

Ante la temprana desventaja en el marcador, los dirigidos por Diego Osella se derrumbaron anímicamente y esto se vio reflejado en su juego, que con el correr de los minutos, fue cada vez más discreto. Este bajón deportivo fue aprovechado por su rival. En el minuto 30, la defensa, en una nueva desatención, dejó libre en el pase corto del córner a Gustavo Colman, que mandó el centro para el gol de Marco Ruben. El golpe fue tan fuerte, que el mismo Osella, caracterizado por su efusividad e inquietud, quedó vencido en el banco.

Con el partido cuesta arriba, los jugadores de Newell's continuaron en la desvirtualización del plan de juego y el cotejo se transformó en un duelo de a ver quién gana más duelos individuales. Si Amoroso por izquierda contra Hernán Menosse, si Ignacio Scocco ante los centrales o quién lastimaba más a su rival. Allí fue el momento en el que cualquiera podría haber salido expulsado, pero Federico Beligoy mostró gran pasividad con las tarjetas en una primera mitad que terminó con apenas dos amonestados y muy poco fútbol.

El 60% de la posesión fue tan solo una estadística más ante los tres errores defensivos para Newell's.

En el complemento, Newell's intentó cambiar la actitud yendo a buscar al menos el descuento. Central, por su parte, esperó agazapado algún contraataque y así se diluyeron 30 minutos. Pero ocho después, José Leguizamón dejó a Central con 10 jugadores por una patada fuerte a Scocco, lo que alentó a un milagro.

A falta de dos minutos para el final, Matías Escobar logró mandar un centro por derecha, cuyo despeje le quedó a pedir de Formica, que tras un suave toque, descontó para la ilusión y el grito de los locales. Pero todo esto duró lo mismo que un suspiro, ya que segundos después, Germán Herrera le ganó la espalda a Néstor Moraighi y sentenció el 3-1 final con un derechazo inatajable

El partido pareció como la lucha de dos cazadores. El primero, utilizando sus instintos y el corazón como Newell's, y el otro, más frío y calculador como Central. Uno buscó el resultado tratando de atropellar, y su contraparte supo cuándo defender, cuándo presionar, cuándo atacar y cuándo mantener la posesión. Por eso, el clásico rosarino fue para los Canallas.