Nunca dejará de ser importante

El partido que todos quieren jugar. El 80 por ciento de la población argentina vendería su alma para estar defendiendo la camiseta que tanto ama en el verde césped. Un Superclásico que se ve alrededor del mundo, por la pasión, la garra, y por qué no a veces, por el buen fútbol.

Este último ítem es una variable que se puede dar en el día de mañana. ¿Por qué? Andrés D’Alessandro y Carlos Tevez. Los líderes de las instituciones más importantes del país se enfrentarán después de tanto tiempo y conducirán a sus compañeros de equipo a la victoria.

Buen pie, excelente conducción, definición magistral y mucho más pueden aportar tanto Mandrake como el Apache. El clásico no será uno más, como tratan de calificar, sino que éste será especial.

Pese a estar lejos de la punta, tanto River en la zona uno (con 13 puntos en 11 partidos), como Boca en la zona dos, ambos técnicos podrán a lo mejor que tienen para el partido ‘sin importancia’, pese a tener que disputar los octavos de final de la Copa Libertadores de América a la brevedad.

El Millonario que sostiene su juego gracias al Cabezón que volvió de la lesión, que lo marginó de las canchas desde el partido ante Godoy Cruz, con un juego increible, determinante para el esquema de Napoleón.

Por su parte, el Xeneize sigue sin su nueve preferido, que jugó un puñado de partidos en lo que va del año, se apoya constantemente en el Apache para ser letal en el área contraria.

La Bombonera será el escenario de la fiesta más linda del fútbol, excepto por su campo de juego deplorable. Se verán las caras una vez más, y este partido será la primera ocasión en donde La Banda vuelva al estadio después del famoso caso del gas pimienta.