"Nunca es tarde", una frase que da a diferentes interpretaciones. Sin embargo, fue la bandera con al cuál Andrés D´Alessandro luego de 13 años lejos de Núñez, finalmente regresó. En lo físico, mucho más disminuido del jovencito que en 2003 bailaba rivales y ajusticiaba con su zurda endemoniada. Más maduro, más cerebral, pero con la calidad intacta, y así lo demostró con su primer gol desde su vuelta, a The Strongest, por la Copa Libertadores.

Un rol de referente y conductor, que no tuvo un buen primer semestre, al igual que el equipo (noveno en el torneo local y afuera en los 8vos de la Libertadores), a raíz de continuas lesiones. Sin embargo, en la segunda etapa del año, cumplió los dos objetivos que tenía River, y él: la Recopa Sudamericana, ante Independiente Santa Fe, siendo figura el Cabezón y asistiendo a Lucas Alario en el 2-0 parcial de la vuelta. Fue su primer título internacional con La Banda, una espina que tenía clavada y que pudo saldar. Pero eso no fue todo: la Copa Argentina, aquella que se venía negando desde hacia varios años, finalmente llegó a la vitrina de Núñez y con gran aporte del 22, que si bien no pudo anotar, su aporte fue fundamental para comandar a sus compañeros. Metió a River en la Libertadores 2017Dos títulos en medio año.

En su vuelta D´Ale disputó 30 partidos, con 5 goles, 3 asistencias y 2 títulos.

Cuando llegó, en enero de 2016, se pensaba que volvía para retirarse aquí. Aunque no fue así. Fue un préstamo con Inter de Porto Alegre, dueño de su ficha, por un año. Ese contrato ya expiró y el mismo Cabezón, en los festejos luego de la final ganada ante Rosario Central,  el enganche dijo: "Estoy volviendo para Brasil, acaba el préstamo en diciembre. Hay un tema contractual con el Inter que lo tengo que cumplir". Esta noticia ya se conocía, luego de su despedida en el Monumental en el Superclásico, y más aún porque el domingo pasado, Inter descendió a la Serie B del Brasileirao, por 1° vez. D´Ale es ídolo de Inter, donde llegó a ganar la Libertadores 2010, y volverá para ayudar a la refundación del club brasileño, a sus 35 años.

Volvió. Dio todo lo que podía dar. Dio sus destellos de fútbol. Aún sin poder jugar los 90 minutos a gran nivel, River cosechó dos títulos más gracias a su fútbol. Siempre estuvo comprometido con la causa riverplatense, aunque su corazón le dicta Brasil. Termina su ciclo en River con dos etapas, con 119 PJ, 28 goles, cinco títulos y el reconocimiento popular. Llegó, en gran parte, como resistido, y se va con su misión cumplida y dejando un buen recuerdo. Mejor incluso que cuando se marchó en 2003 a Wolfsburgo. Adiós, D´Ale. Perdón. Y gracias por volver.