"Pratto o nada" era la frase de cabecera del presidente Rodolfo D'Onofrio apenas asumió Marcelo Gallardo, post Mundial de Brasil, tras el portazo de Ramón Díaz. En ese momento, el delantero brillaba en Vélez Sarsfield, donde fue campeón y goleador. Y a pesar de la jugosa oferta millonaria, de seis millones de dólares por entonces, desde el Fortín desistieron de venderlo al mercado local. De esta manera, el Muñeco se quedaba con las ganas de tenerlo en su primer plantel, aunque los buenos resultados conseguidos con Teo Gutiérrez, Rodrigo Mora y los juveniles Driussi y Simeone fueron suficientes.

En cada mercado posterior, River sondeba por Lucas Pratto, que terminó vendido al fútbol brasileño, precisamente a Atlético Mineiro, donde logró destacarse, anotando 42 goles en 108 partidos jugados, con un título ganado en 2015. En 2017, desembarcó en Sao Paulo, para suplir la partida de Jonathan Calleri, y también pudo demostrar sus dotes goleadores: 14 gritos en 48 presentaciones, aunque en el último tiempo su nivel decayó.

En el invierno pasado, Gallardo perdió a sus dos mejores delanteros: Sebastián Driussi y Lucas Alario partieron a Europa; un dúo que fue letal en la temporada 2016/17. Si bien River incorporó a Ignacio Scocco (otro codiciado durante varios años), que rindió notablemente (en el semestre pasado anotó 15 goles), fue evidente la falta de otro 9 para acompañarlo, dado el bajo nivel de Rafael Santos Borré, el colombiano apuesta, y con las lesiones de Marcelo Larrondo y Mora.

Había que traer un delantero de renombre sí o sí. Como en todo pase de estas características, hubo altibajos, declaraciones desalentadoras y negociaciones a contrarreloj. Sin embargo, desde San Pablo aceptaron una millonada: 11.000.000 de dólares por la totalidad del pase del Oso, que se convirtió en el refuerzo más caro de la historia de River Plate. Un esfuerzo económico más que elocuente para cumplir el ahnelo del DT, que no quería desde 2014.

Con 29 años, Pratto buacará ser ese salto de calidad que pretende Gallardo en su ataque. Además, si tiene un buen semestre en la Superliga y Copa Libertadores, puede entrar en carrera de cara a la nómina de Jorge Sampaoli para la Copa del Mundo en Rusia (el Oso jugó en las Eliminatorias pasadas, con dos goles convertidos). River y el jugador esperan que así sea. La novela terminó, y es hora de demostrar en el verde césped los dólares invertidos por él.