En la noche de Mar del Plata, en el estadio José María Minella, Rosario Central enfrentó a Talleres de Córdoba por la Copa Desafío, la cual se realizó a partido único. El trofeo se lo llevaron los cordobeses ya que luego de igualar 1-1, vencieron a los Canallas en los penales.

Paolo Montero planteó en cancha un equipo con muchas sorpresas. Renzo Alfani, el marcador central con menos experiencia en el plantel, fue quién jugó de último hombre. Además, Paulo Ferrari se ubicó de volante por derecha como lo hacía en su primer ciclo en Rosario Central y en parte de su paso por River Plate.

Por otro lado, se notaron la ausencias de Marco Ruben y Damián Musto por problemas musculares. El hecho de no tenerlos en cancha fue determinante para el equipo, ya que suelen ser la columna vertebral del mismo.

En cuanto al desarrollo del partido, la T comenzó siendo superior y lo fue durante todo el cotejo. Al principio generó diversas situaciones de gol que inquietaban a Diego Rodríguez. Tal así, que cuando corrían solamente tres minutos, Victorio Ramis disparó de media distancia anotando la primera emoción de la noche.

Posteriormente, cuando se cerraba la primera etapa y Talleres dominaba los tiempos, Teófilo Gutiérrez marcó la igualdad definiendo de forma excelente. La jugada fue producto de la presión alta del equipo, la cual le había jugado en contra durante todo el primer tiempo, ya que otorgaban muchos espacios en la mitad de campo.

En el segundo acto, el equipo de Frank Kudelka bajó la intensidad y el partido de volvió chato. Por lo tanto, hubo que definir el titulo de dicha competición mediante los tiros del punto penal. Allí, los cordobeses sonrieron venciendo al Canalla 4-3. Diego Rodríguez, Maximiliano Lovera y Washington Camacho convirtieron, mientras que a Mauricio Martínez y José Luis Fernández se lo atajaron.

Pese a la derrota y al mal funcionamiento, Paolo Montero se notó conforme por la actitud que demostró el equipo. Sin embargo, le queda mucho por trabajar si quiere alcanzar o superar la alta vara que dejó Eduardo Coudet.