Desde que llegó a San Lorenzo, allá por el 2013 a préstamo para reemplazar a Pablo Migliore quien atravesaba un mal momento personal, siempre recibió críticas sobre su forma de juego. Es habitual escuchar entre los hinchas azulgranas que no sale a cortar los centros o que está pegado a los tres palos. Este semestre que pasó no fue la excepción y los murmullos hacia su desempeño no desaparecieron.

La llegada de Pablo Guede a la conducción de San Lorenzo hacía suponer que Sebastían Torrico iba a tener que luchar por su lugar que se había ganado tras responder en situaciones determinantes y ser determinante en varias victorias del ‘Ciclón’. No sólo eran rumores o supuestos; sino que el nuevo entrenador azulgrana a penas llegó al club solicitó a la Comisión Directiva que contraten un arquero que sea bueno con los pies para que funcione en su estilo de juego de salir jugando desde la meta.

Arribó a la institución de Boedo, Nicolás Navarro, quien fue pedido por Guede pero no es tarea sencilla sacarle el lugar que se supo ganar el ex Godoy Cruz y de hecho no lo consiguió ya que Torrico fue titular casi en todos los partidos del semestre.

Al ‘Cóndor’ se lo puede definir en una simple frase: “el arquero de las atajadas importantes”; siempre que el equipo necesitó de su aporte, él respondió de la mejor manera. Hace casi tres años que está en el club y en cada campeonato disputado hay una atajada para recordar.

Nunca un jugador de fútbol va a conformar a todo el público, siempre van a escucharse algunas voces que demuestren descontento: pero a pesar de eso el mendocino se ganó el apodo de ‘San Torrico’ y lo confirma partido tras partido ya que siempre va a haber un remate imposible de atajar pero que Torrico lo consigue para evitar hacer caer su valla y al equipo.