En algunos países tener dos entrenadores en un año es descabellado pero en Argentina a veces esta mínima cantidad suele ser un milagro para algunos clubes debido a los resultados como factor primordial. Diego Aguirre y Claudio Biaggio estuvieron al mando de San Lorenzo durante este 2017, uno de ellos con la eliminación de la Copa Libertadores como detonante mientras que el otro a base de esfuerzos y siendo del riñon sanlorenzista logró la continuidad debido a los grandes resultados obtenidos.

A partir del 27 de junio del año pasado, Aguirre había arribado al conjunto azulgrana con la misión de un torneo internacional como siempre lo ha manifestado y marcando su primera experiencia en el fútbol argentino. Tras haber llegado a las semifinales de Copa Sudamericana, este año el objetivo pasó a ser la Copa Libertadores y el sueño de repetir lo hecho en 2014.

Algunos presentes en lo individual opacaron un poco lo que fue el funcionamiento grupal en el primer semestre agregado a las lesiones que se dieron en otros jugadores y los players que partieron en el último mercado de pases como Emmanuel Más, Martín Cauteruccio y Sebastián Blanco.

En el torneo cayó en algunos partidos contra equipos que peleaban en lo más alto y San Lorenzo quedó en la 7ma posición quedando así, afuera de la zona de clasificación a la próxima Libertadores pero obteniendo un pase a la Copa Sudamericana como premio consuelo.

Pasando al plano internacional, esta forma de juego que fue observada de reojo también fue plasmada desde la fase de grupos hasta los cuartos de final. Solamente se vieron tres partidos donde la idea trabajada llegó a buen puerto: ante Atlético Paranaense, Emelec y el partido de ida vs Lanús.

Los partidos luchados y heroicos se hicieron presentes en el grupo 4. Luego de tres encuentros sin victorias, Nahuel Barrios, jugador surgido de las divisiones inferiores marcó el 2-1 ante Universidad Católica y el Ciclón obtuvo su primer triunfo. Dos fechas más tarde, en una definición agónica el conjunto azulgrana avanzó a los octavos de final tras vencer a Flamengo por el mismo resultado.

Al llegar en la fase eliminatoria, San Lorenzo se enfrentó a Emelec y con el resultado igualado por 1-1 llegó la definición por penales. En esa oportunidad, Nicolás Navarro fue figura y de esa manera le dio el boleto a los cuartos de final donde se vieron cara a cara ante Lanús. A pesar de los dos goles de diferencia en el partido de ida, el Granate equiparó la situación y otra vez aparecieron los penales pero en esta ocasión, el equipo de Jorge Almirón fue más que el conjunto azulgrana dejándolo afuera de la Libertadores.

"Entiendo que el hincha quiera ver a todos los históricos en el campo, el fútbol es pasión y sé lo que despiertan los ídolos, pero busco lo mejor para el club y para el equipo con mis convicciones y tratando de ser lo más justo posible", una declaración que remarca uno de los momentos que vivió el entrenador durante el tiempo que estuvo en el club.

Mientras se disputaba el certamen internacional de este año, Aguirre apartó cada vez más a los jugadores históricos de San Lorenzo como Leandro Romagnoli o Juan Mercier, una dupla que jamás se dio por vencida y que han sumado algunos minutos pero que su mejor versión se dio a fines de este año.

Además de estos jugadores, se le sumaron la partida de Néstor Ortigoza debido al final de contrato del volante y otro de los históricos que pasó a ser prescindible fue Sebastián Torrico que fue sustituído por Nicolás Navarro, figura de algunos partidos mediante la definición por penales.

A mediados de este año, la dirigencia del Ciclón había acordado con Aguirre su continuidad hasta junio de 2018 a pesar de algunos cuestionamientos que hubieron en los primeros meses y que logró despejarlos de a poco con el avance en la Libertadores y los resultados obtenidos en el torneo local.

Todo parecía que el entrenador charrúa iba a continuar en la institución pero tras la eliminación en la Copa Libertadores y agregado a la misma resolución en la Copa Argentina donde fue derrotado en manos de Deportivo Morón, decidió dar un paso al costado. De esta forma dejó el Ciclón con el 57,89% de efectividad resultado de 29 victorias, 12 empates y 16 derrotas.

Con la partida de Aguirre, Claudio Biaggio quien era dt de la Reserva fue el entrenador interino de San Lorenzo y dirigió en la Superliga a partir de la cuarta fecha ante Estudiantes de La Plata. A partir de allí, la derrota solamente dijo presente en una ocasión al igual que la paridad. El trabajo daba sus frutos, el cariño de la gente acrecentaba cada vez más y la dirigencia tenía más dudas con el transcurrir de los días.

El resto de los partidos fueron victorias y en los que se dieron en el Nuevo Gasómetro sobre el final de los mismos fueron acompañados por un fervoroso: “Que de la mano del Pampa Biaggio todos la vuelta vamos a dar”. Claramente, el hincha se sintió a gusto con la presencia del Pampa en el banco de suplentes y no solamente el fanático sino que algunos jugadores del plantel le demostraron su apoyo para que se confirme su ‘titularidad’ en el puesto de dt.

Los cuatro triunfos en el tramo final de la Superliga han depositado al Ciclón como uno de los equipos ubicados en la parte alta de la tabla y a 3 puntos de Boca Juniors –actual líder-. Si nos referimos a la efectividad del Pampa, cerró este 2017 con un 81.48% donde sacó 16 puntos de 25 jugados. Se han nombrado a entrenadores como Heinze o Almirón, pero lo que nunca supo la dirigencia que la solución estaba a la vuelta de la esquina.