Argentina vuelve a transitar el camino a la Copa del Mundo. Una nueva ilusión comienza a acrecentarse. Lionel Messi, único autor del tanto de la noche, logró que la Albiceleste consiga los tres puntos ante Chile, que tuvo nervioso hasta el último minuto a todo el mundo presente en El Monumental.

Los dirigidos por Edgardo Bauza pusieron primera en el comienzo del partido haciéndose amo y señor del juego, igualmente duró muy pocos minutos. La tenencia era tangible aunque momentánea. Los errores en la última línea empezaban a ser partícipes. La Roja también quiso ser parte de la fiesta y a los pocos minutos, una gran acción individual de Alexis Sánchez derivó en un gol de José Pedro Fuenzalida. Sin embargo, todo fue invalidado por posición adelantada del ex Boca.

Continuado a esto, el conjunto local buscó, recuperó, hizo todo lo posible para ponerse en ventaja rápidamente, algo que logró a los 15 minutos con el gol de Lionel Messi desde los doce pasos. Remate cruzado y 1-0 parcial. La Pulga siguió conectando con la pelota y a los pocos minutos, le otorgó un gran pase a Sergio Agüero quien terminaría rematando muy cerca del arco rival.

Las reiteradas faltas que se iban a producir eran un fiel relato de lo que sucedería con el pasar de los minutos. Diez amonestados dentro del campo de juego vestidos de celeste y blanco con la advertencia de no volver a ver la cartulina amarilla para poder perderse otro encuentro por Eliminatorias. Pero no todo salió como esperaba. Como resultado de todo esto, Mascherano, Biglia, Higuaín y Otamendi no lo evitaron y se perderán el próximo compromiso ante Bolivia.

Argentina empezó a cuidar el resultado, de a poco, pero fue así. Chile empezó a jugar minuciosamente, aunque los errores propios derivaron a que no se modifique el marcador en la primera parte. Sobre el final, ocurrieron dos detalles que acapararon las miradas. La primera, un yerro increíble de Nicolás Otamendi a metros del arco de Claudio Bravo y la segunda, un magnífico sombrero de Messi a Pablo Hernández.

La segunda parte continuó con su tónica en el arranque del mismo. El Patón movió piezas en su esquema y decidió sacar a Emmanuel Más (retirado por un golpe) para que ingrese Mateo Musacchio. Debido a esto, Marcos Rojo se movió a la banda izquierda y el partido comenzaba a empeorarse. Fricción, pelotazos en exceso, falta de juego por ambas partes. Una dinámica incómoda.

Argentina no calibraba su juego y Bauza notando esto mandó a la cancha a Éver Banega en lugar del Kun. Un volante por un delantero. De a poco empezaba a retrasarse la Albiceleste, con motivo de generar algo que nunca pudo conseguir en el segundo tiempo. Para cantar re truco, Pizzi empezó a cambiar a sus soldados e inclinar una balanza ofensiva para él. El resultado de esto? Sufrimiento en su máxima expresión. El tiempo pasaba y Chile cada vez se acercaba más, tal fue así que a los 19 minutos, el delantero del Arsenal estrelló un tiro libre en el travesaño.

Igualmente no finalizó todo en esa jugada. La Roja fue en busca de más y más. Minutos más tarde, una jugada similar que concluyó en el primer tiro libre de Sánchez, derivó en la lesión de Gabriel Mercado quien debió ser reemplazado, retirándose entre aplausos y ovaciones como lo recibió en gran parte del partido. El sacrificio del lateral logró que el público presente coree su apellido en la noche de Buenos Aires.

Finalmente, Argentina aguantó y sufrió. Rechazó toda pelota que llegaba a su área, a donde sea, pero la pelota tenía que estar lo más lejos posible. Esa era la única misión. Luego, Nicolás Castillo tuvo otra chance anteriormente pero terminó sin ningún resultado. Los últimos minutos se hicieron eternos y la selección de Bauza consiguió los tres puntos ante Chile de una manera que no es muy habitual de ver. Tres puntos que valen más que oro. Había que ganar y se ganó. Por el momento, la Albiceleste está tercera en la tabla de posiciones. Por ahora vamos a Rusia.