Una fecha que quedó grabada a fuego en el colectivo tigrense. Una jornada de sábado. Un clásico, con ambas hinchadas, como en los viejos buenos tiempos. Un clima de fiesta en el estadio Ciudad de Vicente López, esperando por el encuentro que protagonizaron el 27 de noviembre de 2004 Platense ante Tigre, por el Apertura ´04 la Primera B Metropolitana.

El Matador de Ricardo Caruso Lombardi sabía que, con un resultado positivo, iba a coronarse campeón del certamen, y así asegurarse una final para el ascenso a la B Nacional, y peleaba palmo a palmo con Platense por el título. Tigre tenía un karma, ya que nunca había ganado en esa cancha. Era una gran chance de revertir la historia. Caruso había dado una charla motivacional que quedó en el recuerdo, antes de saltar al verde césped.

En un marco extraordinario de público, digno de un clásico como éste, salieron a la cancha el Calamar y el Matador. El visitante golpeó rápidamente, a través de Carlos Luna, el joven que surgió de Deportivo Español, que terminaría convirtiéndose en ídolo y leyenda matadora (ayer llegó a los 96 goles en Tigre, y contando). Esto fue a los 21 minutos de juego, y a los 34, el otro delantero, Peralta Cabrera, anotó el 2-0, con una gran definición al primer palo, y lo liquidó en el primer tiempo.

En el segundo tiempo, el local no pudo acortar distancias y se resignó a presenciar el festejo tigrense que, 12 años después, tiene a tres sobrevivientes: el Chino Luna, Juan Carlos Blengio y Martín Galmarini. Artícifes de una gran campaña, que siguió en el Clausura 2005, también con consagración tigrense, por eso no fue necesario jugar una final, y ascendió directo a la B Nacional. Y en 2007, el zarpazo a Primera División. Todo comenzó ahí, en ese Apertura donde Tigre campeonó una fecha antes y cosechó 43 puntos, con 12 triunfos, 7 empates y sólo una derrota, con 33 goles a favor (equipo más goleador) y sólo 11 en contra (valla menos vencida). De punta a punta.

Fue una fiesta total, empañada por incidentes de la parcialidad de Platense, enfurecidos con la vuelta olímpica de los rivales. Así y todo, la gente acompañó al equipo y por esa epopeya, se conoce al 27 de noviembre como el "Día del Hincha de Tigre". Salud, matadores.

La consagración:

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