No fue un buen cierre del año para el equipo de Omar De Felippe. No sólo por la derrota, sino por el flojo desempeño que tuvo el Fortín que además de errores propios, sufrió los errores de un pésimo arbitraje por parte de Ejarque. En medio de esa confusión generalizada, el único que intentó distribuir el juego y mantener la pelota al ras del piso fue Héctor Canteros.

Al volante ofensivo no le hizo falta demasiado para ser el más destacado en un equipo que comenzó el encuentro llegando con claridad al área rival, pero una vez más falló en la definición. En esos primeros minutos, Canteros fue la manija de Vélez distribuyendo la pelota a los costados y sabiendo en qué momento acelerar. Con los fallos arbitrales llegó el 2 a 0 en contra y el hombre de menos. En ese momento el equipo se descontroló, en parte por los nervios y el enojo que generaron esos errores. A partir de ahí Canteros agregó marca a su juego y un poco más de despliegue, algo que no es su característica principal.

En el segundo tiempo, Tito mantuvo la calma y continuó intentando hacer jugar a Alvarenga o Delgadillo por las bandas y los pases filtrados hacia Pavone o Barcos. Claramente sus intentos de generar un desequilibrio lo llevaron también a cometer errores, pero en un equipo que se vio con poca ambición, animarse a generar algo distinto le da un plus al rendimiento personal. Canteros supo revertir la mala imagen que dio al inicio del campeonato y fue de los pocos que mantuvo un nivel aceptable en las últimas fechas de un semestre que deja muchas preocupaciones en Vélez.