Vélez no está para regalar nada. Esta versión, con blancos y negros, no puede permitirse el mínimo error. No sólo por el condenado contexto, sino porque equipos como Godoy Cruz, no perdonan. Lo probó Juan Garro, aprovechando el regalo defensivo, y lo probó el Morro García, durmiendo una defensa que lo dejó rematar a puro placer.

Vélez no está para regalar nada. Porque la diferencia de jerarquía entre ambos planteles, una vez más, fue suficiente para que el otro equipo se lleve el partido cómodamente. El recuerdo más fresco fue la derrota ante Lanús. Hoy, el Tomba dio cátedra en el primer tiempo y tuvo la tranquilidad, a veces abusando de la misma, de aguantar el complemento defendiendo y dando ese golpe de knock-out, nuevamente con Garro como protagonista.

Esta es la 11° vez que Vélez finaliza un encuentro sin marcar goles. El promedio del mismo es menor a uno por partido (22/25).

Vélez no está para regalar nada. Es sano intentar salir jugando desde la defensa, siempre y cuando tengas las herramientas necesarias y el terreno de juego no complique. Esta vez, fallaron ambas cosas y fue letal para el Fortín. Las malas salidas se repitieron a lo largo del encuentro, contrariando a un equipo que ya es limitado en su función de juego.

Vélez no está para regalar nada. Porque, en general, la defensa es el punto más débil, pero en ataque, deja mucho que desear. Las situaciones de gol son contadas y el saldo es negativo, porque marcó 22 tantos en 25 fechas. La pelota parada no se aprovecha, ya que se han convertido tan sólo tres goles, dos de ellos logrados a partir de rebotes. Esta tarde el equipo de De Felippe tuvo 10 oportunidades desde el córner.

Esta es la cuarta goleada que recibió el Fortín en el torneo. Las anteriores fueron ante Racing, River y Newell's, todas, por 3-0. Tres de ellas, en condición de visitante.

Vélez no está para regalar nada. Porque pensando en la próxima tabla de promedios, en un segundo puede permanecer en Primera y al otro, descender. Tal vez también tenga que ver la ridiculez dirigencial de formar un torneo de 30 equipos y que desciendan cuatro, pero la irregularidad de la V azulada es su peor enemiga. Incluso teniendo en cuenta que los equipos en la misma situación no logran levantar cabeza, por eso cada punto es importante.

Vélez no está para regalar nada. Quedan cinco fechas, y si bien el riesgo de descender este torneo es sólo matemático, verdaderamente no está para regalar. Restan tres partidos como local ante equipos que han mostrado ser más débiles, como Quilmes, Sarmiento de Junín y Temperley. La contracara, es que deberá visitar a un Tigre que sin dudas buscará revancha, y Atlético Tucumán que aunque está enfocado en su participación en la Copa Libertadores, es uno de los rivales más complicados cuando juega en su estadio.

Son 15 puntos, que de conseguirlos, serán más que agua en el desierto de un Vélez que deberá dejar de vivir de oasis en oasis si quiere encontrar ese paraíso terrenal que significaría quedarse en Primera División.