Luego de una aplastante derrota ante Boca, Vélez volvió a caer, esta vez, por 1-0 como visitante ante Independiente mostrando muchas falencias en el juego, pero lo más alarmante fue la quebradiza defensa que dio poca seguridad.

La idea del Fortín al salir desde la defensa era liberar a los laterales, mientras que Leandro Desábato y Santiago Cáseres se atrasaban para generar el primer pase. Cuando el equipo no controlaba la pelota, los dos delanteros de punta tapaban la salida a los receptores del medio, mientras que el mediocampo velezano redobló esfuerzos para que Ezequiel Barco y Maximiliano Meza reciban lejos del arco custodiado por Alan Aguerre.

La lucha entre Vargas y Jonás tomó protagonismo en la primera mitad. El Galgo prevaleció con más firmeza.

Pero la clave de los primeros 20 minutos fue el costado izquierdo. Porque Matías Vargas fue intratable para Jonás Gutiérrez, pero el ex Vélez también causó estragos en sus subidas ya que al Mono le costaba volver sobre sus pasos, dejando esta tarea a Braian Cufré que durante todo el primer tiempo fue superado.

La primera situación de riesgo para el visitante la tuvo Maximiliano Romero en el minuto 23, con un remate de media distancia centrado y raso que controló Martín Campaña. Seguido de esto, Independiente tuvo una rápida respuesta que derivó en una gran tapada en dos tiempos de Aguerre tras una definición de Nicolás Tagliafico.

A la poca claridad del juego se sumó la imprecisión de Bergessio para pivotear con los mediocampistas.

A partir de acá, el local se hizo con el protagonismo del juego. Vargas ya no pudo desbordar a Jonás y la pelota no llegaba a los delanteros. Y como si fuera poco, Meza empezó a encontrar espacio entre Cufré y Fausto Grillo, obligando a este último a derribarlo en una situación casi límite, causando además, su amonestación.

Fue desde aquel momento que el arquero velezano comenzó a surgir como la figura. Primero, se quedó con una pelota sobre la línea de su arco tras una carambola que casi culmina con el primero del partido. Y en segundo lugar, sobre el final del primer tiempo, cortó un pase al medio de Barco con destino claro a gol.

La cámara televisiva captó cómo Meza entró al área rengueando para abrir el marcador.

El Rojo salió al complemento con el mismo fervor con el que terminó, y Vélez siguió con la misma desconcentración. Al minuto cinco, ambos factores se conjugaron para el primer gol del partido: Meza llegó rengueando para conectar un córner, con un Grillo llegando tarde a la marca.

Instantáneamente, Omar De Felippe mandó a la cancha a Nicolás Delgadillo por Desábato, e instantes después, a Federico Andrada por Gonzalo Bergessio. Lo que suponía más peso ofensivo, terminó jugando en contra. Porque el nuevo sistema táctico facilitó al rival a llegar con más facilidad.

En el complemento ingresaron Delgadillo, Andrada y Correa. Rápidos y ágiles, pero poco pudieron hacer.

A pesar de todo esto, no se creó ninguna situación de gol, más que nada insinuaciones. El juego se emparejó y la lucha en mitad de cancha se adueñó de la tarde. Al minuto 27, Correa ingresó en lugar de un desenchufado Vargas y Vélez pasó a formar con un 4-3-3. pero los cambios hicieron poco daño.

A cinco del final, Grillo vio la doble tarjeta amarilla por un golpe a Fernando Amorebieta mientras se movían a la espera de un tiro de esquina a favor. Sin embargo, el equipo de Liniers se animó como pudo y metió al Rojo en su área hasta el final, pero el grito nunca llegó.

Vélez cayó por segunda vez consecutiva, aunque claro está, que fue ante rivales que en la previa son favoritos. La clave será ver cómo afecta esta pequeña racha negativa con respecto a los próximos partidos. Este viernes será un choque picante ante Huracán por la Copa Argentina y luego vendrá un parate por las fechas de Eliminatorias.