Argentina busca su tercera medalla en los Juegos Olímpicos. La primera, otorgada por Paula Pareto,, la única dorada obtenida por una mujer en la historia argentina, y la otra es la plateada Juan Martin Del Potro tras perder la final frente a Andy Murray el domingo. Ese mismo día por la mañana, la selección masculina de hockey sobre césped hizo historia. Los Leones clasificaron por primera vez a una semifinal olímpica al vencer por dos goles contra uno a España.

Con un excelente torneo como base, la albiceleste buscará cerrar el torneo con la frutilla del postre. La victoria al seleccionado español significa una doble posibilidad de subirse al podio y colgarse una medalla. Con el mando de Carlos Retegui, histórico entrenador de Las Leonas, el equipo hizo un gran cambio. Lejos de ser los favoritos del torneo, presentaron una gran actuación desde el día uno y el domingo por la mañana sellaron todo el trabajo realizado con un merecido triunfo.

El partido se presentaba intenso, con España como candidato. Pero Los Leones, caracterizados por pura garra y corazón, querían llevarle una alegría al pueblo argentino. Las primeras jugadas de peligro fueron para los europeos, pero las estupendas reacciones de Juan Manuel Vivaldi le daban respiro al equipo. Sobre el final del primer cuarto Argentina, tuvo la oportunidad de córner corto, lanzó Gonzalo Pelliat pero el guardameta español detuvo la bocha. Sin embargo, un nuevo córner corto surgió de esa jugada. En esta oportunidad Pelliat no perdonó y marcó el primer gol del partido.

Con el marcador a su favor, Los Leones fueron superiores durante todo el encuentro, pero a los 11 minutos del último cuarto, España empató el partido con un córner corto de Pau Quemada. El sueño parecía alejarse para la albiceleste, pero faltando tan solo un minuto para el final, tras un pie del defensor español dentro del círculo, Argentina tuvo la oportunidad de convertir un penal. El encargado fue Juan Gilardi. Se escuchó la señal y el jugador levantó la pelota al palo izquierdo del arquero, recostado sobre su derecha. La bocha entró para que las gargantas argentinas se rompan en un grito, en un rugido de gloria.

Argentina se permite soñar, de ganarle el próximo martes a Alemania, se asegurara una medalla como mínimo plateada. De no hacerlo, tendrá una segunda oportunidad, contra Bélgica u Holanda por la medalla de bronce. El martes desde las 12 comienza el sueño argentino, un sueño que está cada vez más cerca de cumplirse.